Luis Rubiales, el presidente que se convirtió en lo que juró destruir

Los escándalos protagonizados por él mismo como presidente de la RFEF tiraron por la borda sus trayectorias deportiva e institucional

El 17 de mayo de 2018 parecía el día en el que los españoles amantes del fútbol presenciaban el comienzo de un nuevo ciclo. La victoria en las elecciones de Luis Rubiales ante Juan Luis Larrea daba paso a una nueva página que dejaba atrás la anterior gestión, no solo recordada por la etapa de éxitos conseguidos por la selección absoluta masculina desde 2008 hasta 2012, sino también por los escándalos de corrupción que acabaron con el anterior presidente, Ángel María Villar, fuera de la Real Federación Española de Fútbol.

Todo parecía que iba a dar un giro de guion con el nuevo líder de la máxima institución del deporte rey en España. Era un exfutbolista y abogado que había ascendido poco a poco hasta llegar a ese puesto. Nacido en Las Palmas de Gran Canaria pero llegado a Motril, Granada, a los pocos meses de vida, Rubiales había sido un deportista reconocible en las categorías profesionales del fútbol español, llegando a disputar, incluso, dos temporadas en Primera División. 

Un futbolista que no se callaba

Fue un lateral derecho clásico que jugó en equipos como Guadix CF, Granada 74, Mallorca “B” y UE Lleida, hasta llegar al Xerez CD en 2001, donde permaneció dos temporadas hasta salir del club por impagos. Recaló en el Levante, donde consiguió subir a la máxima categoría siendo importante para su equipo. La temporada siguiente descendieron, y Rubiales se lesionó gravemente, algo que no impidió su renovación con el conjunto granota por tres años más.

Con apenas participación suya debido a un largo tiempo de baja, el equipo volvió a primera, y en una etapa muy delicada para el club, Rubiales demostró por primera vez su liderazgo para beneficiar a los suyos. El Levante llegó a una situación económica tan desastrosa que llegó a entrar en concurso de acreedores y Rubiales, capitán del equipo, logró que sus compañeros cobraran la mayoría de sus nóminas después de varias protestas fuera y dentro del campo.

El defensa dejó el conjunto que le había dado tanto en el año 2008 y volvió a Segunda División, de la mano del Alicante CF. También tuvo una situación de impagos, pero esta vez sus quejas solo le valieron para no jugar durante la segunda mitad de la temporada. Tras un brevísimo paso por el fútbol escocés, el canario criado en Motril se retiró del deporte de élite con 32 años de edad.

Un paso por la AFE memorable

Luis Rubiales comenzó su carrera institucional cuando se presentó a las elecciones en 2010 de la Asociación de Futbolistas Españoles, queriendo arrebatarle el puesto a Gerardo González Movilla, presidente desde 1988. La retirada de la candidatura de Movilla hizo a Rubiales presidente.

Su paso de siete años como máximo dirigente de la AFE supuso un cambio positivo en muchos aspectos para los futbolistas españoles. Rubiales convocó la primera huelga en 27 años de futbolistas de Primera y Segunda División para pedir que se firmase un convenio colectivo que crease un fondo para garantizar el pago de los sueldos de los futbolistas e impusiera sanciones a los clubes que no cumpliesen con los pagos. También consiguió un acuerdo por el que el 0,5% de los ingresos por los derechos audiovisuales se ingresaran a la AFE para destinarlos a mejorar las condiciones de los jugadores. Creó de una serie de servicios que se concentraron en la llamada “Casa del futbolista”. Y también propuso a la Asamblea de la AFE la integración de las jugadoras femeninas en la asociación como miembros de pleno derecho.

Su candidatura a la RFEF

El exfutbolista se presentó a las elecciones a la presidencia de la RFEF tras la suspensión de Villar posterior a su detención. El entonces candidato concedió una entrevista a El Mundo, donde dijo que quería “una Federación más transparente, más abierta y más social”, y que primero había que “cuidar a los aficionados españoles”. Además, dijo que iba a trabajar para introducir a la mujer en los altos cargos de la Federación.

Y, volviendo a esa fecha de mayo de 2018, con él y su familia emocionados tras haber conseguido la mayoría absoluta (80 votos para él, frente a 56 para Larrea), Rubiales hizo saber a todo el mundo que iba a haber un cambio con el lema “Quiero una Federación para todos”.

Y llegaron los problemas

Había mucha ilusión en los españoles en el que era el primer gran torneo de la selección
masculina con Rubiales al mando de la Federación: la Copa del Mundo de Rusia 2018. Sin embargo, acabó siendo una pesadilla para todos. A dos días de empezar el torneo, el presidente destituyó de manera fulminante al seleccionador, Julen Lopetegui, tras anunciarse su fichaje como entrenador del Real Madrid en cuanto acabase el Mundial. España tuvo una pésima actuación y acabó eliminada por el país anfitrión en octavos de final.

El propio tío de Rubiales acusó a su sobrino de haber pagado un viaje a Nueva York y fiestas y orgías privadas en Granada con dinero de la institución. En 2022, El Confidencial publicó conversaciones ocurridas en 2019 entre Rubiales y Gerard Piqué, donde se negociaba el pago al entonces futbolista del Barcelona de unas comisiones de 24 millones de euros relativas a que la Supercopa de España se jugase en Arabia Saudita.

Y cuando parecía que las polémicas se disipaban con la conquista del mundial femenino en 2023, Rubiales manchó la historia. Se tocó los genitales en el palco al lado de la reina y la infanta, y besó en la boca a Jennifer Hermoso sin su consentimiento. El 9 de septiembre dimitió de la dirección de la RFEF y de la vicepresidencia de la UEFA. Posteriormente, la FIFA lo inhabilitó por tres años para ejercer cualquier cargo o actividad relacionada con el fútbol.

Veremos cómo se desarrollan los hechos en los próximos días, ahora que se ha confirmado que Rubiales será detenido en cuanto pise suelo español por presunta corrupción en negociaciones, pero lo que está claro es que el presidente que llegaba como salvador del fútbol español ha acabado siendo lo que un día juró destruir.