El camino recorrido de los últimos años de la selección Colombia los hace soñar con ganar la Copa América en 2024
¿De dónde venimos?
En la selección Colombia, para lo que ha sido nuestra historia futbolística, tuvimos una década pasada espectacular. En 2013 clasificamos a un mundial después de 16 años y en esa misma copa del mundo llegamos a cuartos de final por primera vez en la historia.
Los dos años siguientes tuvimos buenas participaciones en Copa América, llegando a cuartos de final en 2015 y a semifinales en 2016. En Rusia la historia fue diferente. Un sabor agridulce ante Inglaterra por decisiones polémicas del arbitraje en un torneo donde se inauguraba el VAR y se prometía que los errores no iban a suceder. Mismos errores que si no se hubieran cometido, probablemente hubiéramos clasificado a cuartos de final por segundo mundial consecutivo; esta vez ante Suecia.
Luego de Rusia todo pareció caer en picado. La clasificación a Catar, de la mano de una nueva generación de jugadores, era prioridad para los cafeteros. Con la salida de Pékerman y la llegada de Queiroz, se daba final a la segunda época dorada de Colombia.
El nuevo entrenador no tardó en dar malos resultados al equipo, perdiendo dos partidos seguidos en las clasificaciones al mundial 2022; ante Uruguay, 0-3; y Ecuador, 6-1. Estos fueron los últimos partidos de Queiroz con el seleccionado colombiano.
El equipo estaba anímicamente destrozado y con la llegada del nuevo entrenador, Reinaldo Rueda, se esperaba una mejora sustancial en el estilo de juego. Rueda era quien había ganado la Copa Libertadores con Atlético Nacional en 2016, así que las expectativas eran altas.
Sin embargo, tampoco hubo clic entre la plantilla y la idea del entrenador. Lo que conllevó a 7 partidos consecutivos sin anotar gol. Producto de esta mala racha, la selección no clasificó al mundial de 2022 y se tuvo que reestructurar al equipo.
Cambio de aires en la selección
La decisión era clara, despedir a Reinaldo Rueda y buscar cómo volver a lo que una vez fuimos. La solución la teníamos sobre la mesa y era un viejo zorro de la casa. Néstor Lorenzo, quien fue asistente de Pékerman durante su etapa en la selección Colombia, fue elegido para el cargo.
El primer reto era consolidar un equipo con una identidad clara de juego, combinando jugadores veteranos con jóvenes talentos y así nutrir al equipo de ambición y experiencia. Es así como su primera decisión fue apartar, lentamente, a jugadores experimentados como Wilmar Barrios, Luis Muriel, Duvan Zapata y Falcao.
Además, las lesiones de David Ospina y Juan Guillermo Cuadrado hicieron que el entrenador argentino buscara soluciones en portería y el lateral/extremo. Camilo Vargas reemplazó a Ospina y hasta ahora ha hecho un trabajo sobresaliente. Mientras que en el lado derecho, encontró soluciones con jugadores como Muñoz, Machado, Jhon Arias, Sinisterra o en ocasiones James cayendo a esa banda derecha.
Llega el buen fútbol y con él, los resultados
El cambio de paradigmas y la mentalidad de que nadie tenía su puesto asegurado en la selección, hizo que la idea de grupo que tenía Néstor Lorenzo fuera calando en los jugadores. Seguido de eso, vimos cómo hubo un cambio en la formación y, por ende, en cómo íbamos a jugar.
Pasamos del clásico 4-3-3 a un modelo donde motivaba a los jugadores a una mayor libertad posicional, sobre todo a aquellos con mayor talento del equipo. Hasta ahora las alineaciones que más ha repetido Néstor Lorenzo han sido la 4-2-3-1 y la 4-3-1-2, que nos han dado la oportunidad de ver al mejor James en muchos años, que es importante y un logro de Néstor Lorenzo.
“Nunca el sistema es algo fijo, tiene que ser dinámico y que vaya mutando a medida que tenemos la posesión de la pelota.”
– Néstor Lorenzo en rueda de prensa luego de la victoria de Colombia ante Rumania.
Y esto es, hasta ahora, una de las claves del proceso. Los jugadores no deben adaptarse al sistema, porque restringe libertades y talentos individuales. Es el entrenador quien tiene que adaptarse al talento de los jugadores y es cuestión de la habilidad de este para reconocer estos talentos y saber juntarlos en la cancha.
Así juega el Real Madrid de Carlo Ancelotti, campeón de Europa hace 2 años y así juega la Argentina de Lionel Scaloni, actual campeona del mundo. Y así juega la Colombia de Néstor Lorenzo, invicta hace 21 partido y que, después de muchísimos años, sueña y cree, de verdad, que puede ganar una Copa América.