Un solitario gol de Bernardo Silva en el 83′ mete a los de Guardiola de nuevo en la final
El Manchester City estará de nuevo en la final de la FA Cup. Con la resaca emocional y física de la eliminatoria de Champions League ante el Real Madrid han conseguido superar al Chelsea 1-0 gracias a un gol de Bernardo Silva en el minuto 83′ tras un rebote de Petrovic a centro de De Bruyne. Los citizens conocerán mañana a su rival, que saldrá del enfrentamiento entre Manchester United y Coventry City a las 16:30 hora española.
Cabe la posibilidad de que se reviva en Wembley la final de la temporada pasada, donde City y United disputaron el derbi de la ciudad en la final de la competición más antigua de la historia. Dos goles de Ilkay Gündogan dieron la victoria a los sky blues, frente al tanto de Bruno Fernandes que supuso el empate.
El City, errático y cansado
La semifinal contra el Chelsea ha sido uno de los pocos ejemplos que se podrán encontrar de un mal partido de los de Guardiola. Un City que salía con rotaciones respecto al partido contra el Real Madrid, contando con la presencia en el once de Steffan Ortega, Stones, Aké y Julián Álvarez. Sufrieron durante la primera parte, con errores en pases y tomas de decisiones que provocaban ocasiones para el Chelsea.
Clave fue la figura de Stones, que arrancó en el doble pivote junto a Rodri y acabó retrasando su posición. Akanji fue quien le sustituyó acompañando al pivote español. Tras el descanso Pep Guardiola decidió sustituir al internacional inglés por Rúben Dias, buscando aportar seguridad a una defensa que se había mostrado frágil.
El peso ofensivo cayó en Jack Grealish ante un desaparecido Julián Álvarez. Sin embargo, fue la entrada de Jeremy Doku la que revolucionó el ataque del Manchester City. El belga fue el encargado de filtrar el balón a Kevin de Bruyne que desembocó en el gol de Bernardo Silva.
El Chelsea perdona y paga
Hasta en tres ocasiones pudo adelantarse el conjunto de Pochettino. Las ocasiones más claras estuvieron en las botas de Nico Jackson, que no tuvo su mejor tarde en Wembley. Las indecisiones del senegalés le costaron la final al Chelsea, que primero dribló a Stefan Ortega en un mano a mano y terminó desperdiciando la ocasión al quedarse sin ideas.
Ya en la segunda parte, envío otro mano a mano en dirección a la portería citizen de manera muy blanda, poniéndoselo fácil al guardameta alemán. El rebote le cayó a Cole Palmer, que colgó el balón a la cabeza de Jackson y volvió a mandarlo directamente a Ortega.
Tampoco acertó Pochettino con los cambios. Con las salidas de Enzo Fernández y Noni Madueke, el conjunto blue perdió la consistencia y el control en el centro del campo que te otorga el argentino y la verticalidad del francés. No mejoraron el partido sus sustitutos: Mudryk y Sterling. El ucraniano tuvo en sus botas la última ocasión del encuentro, con una falta en el lateral del área que él mismo se fabricó. El centro se marchó desviado por línea de fondo, ya con el tiempo cumplido.
La polémica del partido
El partido no estuvo exento de polémica. El Chelsea reclamó un penalti por mano de Jack Grealish tras una falta que puso en juego Cole Palmer. La barrera del Manchester City se abre, golpeando el balón en la mano del exjugador del Aston Villa. Sin embargo, el colegiado señaló saque de puerta para el Manchester City. El VAR revisó la jugada, pero no alteró la decisión de Michael Oliver.
La final, que tendrá lugar el próximo 25 de mayo en Wembley, ya tiene el primer billete vendido. Pep Guardiola buscará conseguir su tercera FA Cup y aumentar así su palmarés (16 títulos) como entrenador del Manchester City.