El guardameta noruego está rindiendo a un gran nivel desde la llegada de Quique Sánchez Flores, lo que lo ha llevado a ser una de las preferencias en el apartado de renovaciones
El Sánchez Pizjuán ha dicho adiós a la dura tempestad que amargaba el ambiente. Con la salvación matemática ya lograda, los focos empiezan a acapararse en la próxima temporada 2024/25. Hay muchos nombres en los que se centra la dirección deportiva, entre ellos, el de Ørjan Nyland. El jugador escandinavo termina contrato en junio, aunque todo indica que estos no serán sus últimos meses en el Sevilla.
Las condiciones facilitan la operación
Pocos son los impedimentos que pueden hacer que Nyland abandone el Sevilla. El deseo de su continuidad es mutuo, tanto por el entorno del futbolista como por la dirección técnica. Hace un escaso mes, ya avanzaron varios medios que la renovación se encuentra en una fase avanzada y podría sellarse con duración hasta 2025 o 2026. Recientemente, Diario UF ha podido conocer a través de la agencia del futbolista que la negociación está en su última fase, con la intención de que la firma sea por dos años y que se haga oficial en breve. A todo este buen entendimiento entre las dos partes, se suma que el salario de Nyland no supone un gran desembolso económico para la entidad, e incluso una leve subida de sueldo seguiría siendo asequible para el Sevilla.
Un rendimiento sorprendente que lo avala
Cuando Ørjan Nyland aterrizó en la capital andaluza, muchas eran las críticas que recibió por parte de la afición debido a su disimulada trayectoria. En parte, podía llegar a ser entendible ese descontento, pues el noruego no había sumado ni veinte participaciones en las últimas tres campañas antes de fichar por el cuadro hispalense. Lejos de defraudar, Nyland se ha encargado de despejar cualquier duda que orbitara a su alrededor sobre su rendimiento. Su buen hacer le ha hecho ser el elegido de Quique Sánchez Flores por delante de Dmitrović y ya ha conseguido colocarse en el top-3 porteros de la competición con mejor porcentaje de goles encajados por partido. En concreto, 0’97 g/p, una cifra que solo mejoran Unai Simón y Andriy Lunin.