El Barça de Hans-Dieter Flick no juega de la manera a la que los blaugranas nos tenían acostumbrados, pero ha dado con la tecla para ser un equipo más competitivo
Un fichaje en entredicho
Después de que Joan Laporta anunciase el cese de Xavi Hernández y la contratación de Hansi Flick como heredero del banquillo, las dudas en torno a la propuesta futbolística del alemán inundaron la cabeza de los aficionados culers. A pesar de ser, junto a Pep Guardiola, el único técnico en ganar un sextete, Flick solamente había estado al mando del Bayern de Múnich y de la selección alemana antes de hacerse cargo del Fútbol Club Barcelona.
Por otra parte, las críticas hacia su contratación estaban enfocadas a su forma de jugar. Por lo general, sus equipos son físicos y muy verticales. Un estilo que, sobre el papel, poco tiene que ver con el ADN azulgrana. Además, existía cierta incertidumbre sobre cómo iba a tratar a la cantera y de cuántas oportunidades gozarían los jugadores de la Masía.
Un estilo de juego renovado
“La presión tras pérdida es el mejor media punta del planeta”, dijo en su día Jürgen Klopp. Lo cierto es que esta frase podría pertenecer perfectamente a Hansi Flick, y que resume a las mil maravillas la idea de juego del técnico alemán. Cuando el equipo rival se hace con el esférico, el conjunto catalán ejerce una presión instantánea con el objetivo de recuperar la posesión en el menor tiempo posible. Precisamente, fue con un robo sobre la salida del balón del Girona como llegó el 1-0 de Lamine Yamal la pasada jornada.
La mejora del equipo sin balón es evidente. Si recuperas el esférico con facilidad tienes la mitad del trabajo hecho. La otra mitad depende de lo que haces cuando tú tienes la posesión. Y ese es otro aspecto en el que el combinado blaugrana ha progresado. Lejos parecen quedar las posesiones planas, los pases horizontales o los ataques posicionales que reinaban hace no mucho en Can Barça. Ahora, el equipo es más vertical, necesita menos pases para llegar al área y finaliza las acciones con mayor facilidad. Algo para lo que el fichaje de Dani Olmo y la explosión de Lamine Yamal le ha venido como anillo al dedo.
La forma de jugar de Flick no es un adiós al tiki-taka, ni lo será nunca. Asimismo, la cantera parece no caer en el olvido y se manifiesta como protagonista. Si nos fijamos en los datos de lo que va de liga, el Fúbol Club Barcelona lidera el ranking de equipos con más posesión por partido, con un 64,02%. En el primer encuentro liguero, Bernal y Casadó fueron los tiulares en el doble pivote, dos canteranos que el pasado año formaban la medular del filial. Además, jugadores como Héctor Fort o Gerard Martín también están entrando en las convocatorias y gozando de minutos.
El entrenador bávaro está dejando de lado el mítico 4-3-3 que siempre empleaban los técnicos culers y se está decantando por el 4-2-3-1. Una evolución en el sistema que también ha llevado a cabo Luis De La Fuente con la selección española, y con la que el equipo nacional ha brillado durante la Eurocopa consiguiendo levantar el trofeo de campeón.
La Champions League será el próximo examen
El conjunto catalán debuta mañana a las 21:00 ante el Mónaco en la Liga de Campeones. El nuevo formato de la competición aumenta el número de partidos y de rivales, lo que servirá para comprobar cómo de fuerte es el equipo que dirige Hansi Flick. La exigencia es máxima en el torneo, y el ritmo de juego es diferente al de la liga española.
Con el paso del tiempo y de los partidos se comprobará la eficacia del entrenador alemán y de este nuevo Barça. Lo único que está claro por el momento es que la filosofía del club es la misma de siempre, pero con unos matices que han empezado a dar sus frutos en este inicio de temporada.