El conjunto blanco partía con una gran superioridad antes del inicio de la presente edición del campeonato liguero, pero el fútbol poco vistoso llegó a Valdebebas para no marcharse
El Real Madrid ha mostrado signos de desgaste en su rendimiento, algo que se venía advirtiendo desde hace tiempo, pero que, finalmente, se confirmó con la derrota del equipo ante el Lille el pasado miércoles 2 de octubre de 2024. Aunque venía acumulando empates y victorias, el equipo no ha logrado desplegar un juego convincente, y esa falta de cohesión terminó llevándolos a su primera derrota de la temporada.
A pesar de contar con jugadores de gran calibre como Kylian Mbappé, Jude Bellingham y Vinicius Júnior, el equipo parece carecer de espíritu y compenetración en su juego. Carlo Ancelotti, entrenador del equipo, ha sido consciente de este problema desde el inicio de la temporada. En varias ocasiones ha dejado entrever sus preocupaciones en sus declaraciones, señalando, por ejemplo, la dificultad que han tenido para adaptarse a jugar sin Toni Kroos.
A pesar de la calidad de su plantilla, el equipo se ha mostrado inconsistente, dependiendo de actuaciones individuales en lugar de un juego colectivo fluido. La derrota en la Champions League pareció ser el punto más bajo de esta situación.
El duelo en Lille como gota que colma el vaso
El partido contra el Lille también marcó el final de una racha impresionante, que se prolongó durante 36 partidos sin conocer la derrota desde la última caída del Real Madrid en enero frente al Atlético de Madrid en la Copa del Rey. En este tiempo, el club enfrentó a rivales poderosos como el Bayern Múnich y el Manchester City, así como en importantes partidos como el Clásico contra el Barcelona, sin sucumbir ante ellos.
Fuente: Estadio Deportivo
Sin embargo, fue el Lille quien sorprendió al gigante blanco, en un encuentro donde la ciudad se volcó para presenciar lo que resultó ser un partido histórico. Con el 25% de la población de Lille asistiendo al estadio, el club de la capital no pudo evitar caer ante un equipo que, a pesar de no tener el renombre de sus anteriores rivales, mostró superioridad y expuso las debilidades del conjunto madrileño.
Victoria cómoda antes del parón internacional
Recuperar sensaciones después de un tropiezo inesperado era vital. Y el conjunto de Concha Espina cumplió. Eso sí, un día más, sin deleitar al público presente en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid se impuso por 2-0 al Villarreal de Marcelino en el último examen antes de la segunda parada por selecciones. Dos misiles de Fede Valverde, en la primera parte, y de Vinicius Júnior, en la segunda, decantaron la balanza a favor de los locales.
Los resultados llegan, pero el buen juego no
Como todo equipo en el cual comparten vestuario diferentes estrellas, los blancos siguen funcionando mediante pequeños chispazos y arreones finales. El estilo de juego no es nada vistoso. Pero la calidad individual, en muchas ocasiones, marca la diferencia. Y eso es lo que ha permitido que el club blanco se mantenga en la lucha por la liga a estas alturas del año.
Fuente: La Hora
Parece una hipérbole, pero no lo es. Más bien se trata de una realidad. 3 puntos es la diferencia que separa a merengues con respecto al actual líder, el FC Barcelona de Hansi Flick, que solo ha perdido dos partidos (en el Gamper y en Liga de Campeones) y ante el mismo rival: el AS Mónaco. Queda todavía mucho por mejorar, muchos detalles que cambiar. Los resultados ya llegan, mas con un buen juego, llegarán más cómodamente, para así evitar sustos de última hora como en la victoria (3-2, con 3-0 a favor) ante el Deportivo Alavés en el feudo madrileño.