El conjunto de Claudio Giráldez hizo bueno el tempranero gol de Douvikas para llevarse los tres puntos frente al Getafe
Los gallegos supieron adaptarse a la propuesta del rival
Dos equipos con dos ideas de juego muy distintas se vieron las caras en la jornada 12 de LaLiga. Por un lado, está el juego posicional, la posesión y el dominio que pretende el Celta. Por el otro, la fortaleza en los duelos, los segundos balones, los centros laterales y la presión alta del Getafe. Tanto Claudio Giráldez como José Bordalás tenían claro su plan de partido, tratando de imponer sus fortalezas y de minimizar las del rival.
Pocos minutos después del pitido inicial, en la primera acción de peligro del encuentro, Iago Aspas se llevó un rebote en el área contraria para asistir de manera brillante a un Douvikas que cabeceó el balón a la red. El combinado celeste se adelantó a los 7 minutos del comienzo. Los gallegos optaron por ser más verticales de lo normal ante la elevada presión del conjunto azulón, jugando directo sobre el 9 griego en numerosas ocasiones. Por su parte, el Getafe no conseguía robar con facilidad en campo contrario ni crear peligro a la portería defendida por Vicente Guaita.
En la segunda mitad, el Celta tuvo más control y fue más paciente con el balón. Algo que se vio ayudado de la expulsión en el 65 de Juan Berrocal. El central jerezano, que ya había recibido una amarilla pocos minutos antes por protestar una decisión arbitral, recibió la segunda tras una falta sobre Douvikas.
Un partido vivo hasta el final
A pesar de disputar la última media hora con un hombre más, el club olívico no fue capaz de sentenciar el choque. Varias fueron las ocasiones de las que dispusieron los jugadores de Giráldez para anotar el segundo tanto, pero la falta de precisión en los metros finales les condenó a disputar los instantes finales con cierto nerviosismo.
Una mano involuntaria que no fue punible puso en vilo a la afición celeste en el 90, así como un centro lateral de Carles Pérez en el 94 que no encontró rematador. Finalmente, el tempranero gol de Douvikas y la buena defensa del Celta tanto con balón como sin él, le otorgaron los tres puntos a los gallegos.
El equipo se hace grande como local
Con la victoria ante el Getafe, el conjunto vigués suma ya 13 de los 21 puntos disputados ante su gente. A esta, hay que sumar los triunfos ante Alavés, Valencia y Valladolid, y el empate frente al Girona. Las dos derrotas, por la mínima, fueron el 0-1 contra el Atlético de Madrid y el 1-2 contra el Real Madrid.
Lo cierto es que viendo el calendario y el bagaje de puntos sumados en casa, las actuaciones del Celta en Balaídos son notables. Pero si nos fijamos en el juego, pueden llegar al sobresaliente. Contra el equipo del Cholo Simeone, el combinado celeste fue superior, no obstante, el poco acierto le condenó con un gol de Julián en el último minuto. Contra los de Ancelotti, el Celta dominó y mereció, posiblemente, algo más.
“Cuando estamos concentrados cien minutos podemos competir contra cualquiera” afirmó Giráldez en la rueda de prensa posterior al duelo frente al Getafe. El equipo compite a las mil maravillas y disfruta cuando juega en casa. Si es capaz de mantener este ritmo como local y centrarse y realizar un mejor desempeño como visitante, el devenir de la temporada puede ser muy ilusionante.