A lo largo de la temporada, Quique Setién ha optado por varios sistemas a la hora de encarar un partido. La variación ha ido desde el 5-3-2 hasta el 4-3-1-2, pasando por el 4-3-3 y el 4-4-2.
El entrenador del Barça ha sido muy criticado desde la vuelta del parón dados los pobres resultados del equipo y la gran cantidad de puntos que se han perdido, dejándose el liderato y prácticamente la Liga.
Tras varios empates y un juego que no deslumbraba, Quique Setién ha tenido que utilizar varios sistemas hasta encontrar el que más encaje en el sistema culé y en el cual los jugadores se sientan más cómodos.
La idea de la linea de 5 atrás quedó olvidada, aunque fue puesta en práctica frente al Ibiza. Parece claro que la linea de 4 clásica es la que quedará en uso en la era Setién. Sin embargo, los problemas llegan a la hora de gestionar el medio del campo y la delantera.
El 4-4-2, el sacrificio de la ofensiva
El 4-4-2 ha sido puesto en práctica por Setién en varios partidos. Sin ir más lejos, frente al Atlético de Madrid, Quique optó por un medio del campo formado por Arturo Vidal, Ivan Rakitic, Sergio Busquets y Riqui Puig, dejando arriba como puntas a Messi y Suárez.
Este sistema prioriza el juego del medio del campo. En efecto, si algo caracteriza al Barça de Setién es la obsesión por la posesión. Por ello, un sistema con 4 centrocampistas le permite generar superioridad en esa zona del campo, pudiendo recuperar el balón rápidamente y generar posesiones más largas.
Además, Lionel Messi, si bien juega de delantero, es un centrocampista más. Es bien sabido que su posición en el campo es libre y suele retroceder su posición para iniciar el juego desde el medio. Con el 4-4-2, Luis Suárez sería el hombre de referencia mientras que los 4 mediocentros sumados a Lionel Messi serían los encargados de cocinar la jugada de ataque.
Aunque el sistema pueda parecer tentador, el Barça pierde una parte fundamental de su fútbol: los extremos. La ofensiva culé queda sacarificada, puesto que pierde ese desborde por banda y permite al equipo rival cerrarse en el centro, siendo mucho más difícil la entrada al área rival.
Otro inconveniente notable sería la propensión a cerrarse atrás cuando el partido está de cara. En efecto, el hecho de no tener una presión arriba tan elevada por la falta de extremos hace que el equipo deba esperar a que llegue el ataque del equipo rival. Esto genera que el repliegue sea cada vez más profundo.
El 4-3-3, un clásico
El 4-3-3 es el sistema del Barça por excelencia. Cada entrenador que ha llegado después de la era Guardiola ha utilizado dicho sistema, matizando ciertos aspectos, pero sin perder la esencia del sistema Barça.
El 4-3-3 es una ventaja para un equipo que juega con un estilo de posesión. Busquets suele ser el centrocampista que se incrusta entre centrales para facilitar la salida de balón. Mientras, los extremos acortan el campo para ser una opción de pase y se suman a los otros dos mediocentros. Esto crea de nuevo una superioridad en el centro del campo.
De hecho, suelen ser los 3 delanteros los que en principio deben ayudar a la salida, puesto que el Barça jugaba con el famoso falso ‘9’. No obstante, al no ser Luis Suárez un jugador brillante con el balón en los pies, este fija a los centrales rivales.
La ventaja más clara es sin duda la presión. Una vez perdido el balón, los extremos junto con el punta inician la tarea defensiva, sumándose a ellos los dos interiores. Esto hace que la presión no sea de 3 sino que de 5 jugadores. La defensa de 4 cierra la linea en el medio del campo y crea una situación que intenta ahogar al rival, dificultando mucho su salida de balón.
El problema de este sistema en el nuevo Barça solo tiene un nombre: Antoine Griezmann. En efecto, el galo ocupa la posición de extremo izquierdo cuando su posición natural es el ‘9’ o el segundo delantero. Pese a su compromiso con el equipo y su gran esfuerzo, el francés no acababa de encajar en el sistema y el Barça veía reducidas sus posibilidades de ataque.
Ello ha llevado a Quique Setién ha realizar cambios en el sistema, incluyendo algunos que descartan a Griezmann.
El 4-3-1-2, el alivio de Griezmann
Si hay un sistema que le venga de perlas al francés, es el 4-3-1-2. Este fue puesto en práctica ante el Villarreal y tanto Antoine como el Barça realizaron el mejor partido de la era Setién. El ataque culé era abrumador y los 3 de arriba dieron un recital ofensivo.
Este sistema cuenta con el arma de Messi juugando detrás de los delanteros, ocupando una posición buena para él, puesto que le permite generar juego y crear pases de gol.
Por otra parte, Suárez y Griezmann pasan a ser los dos puntas del equipo. Jugando ambos en su posición benefician la asociación entre ellos, tal y como se vio en Villarreal, donde Antoine plasmó un autentico golazo.
Este sistema se ha repetido ante el Espanyol, partido en el cual Griezmann volvió a destacar por encima de un Luis Suárez que, pese a marcar, no jugó un buen partido. Faltan fechas por jugar y faltan minutos con este sistema para que los defectos salgan a la luz pero por ahora, parece que Setién ha dado con la tecla para el fútbol ofensivo del trio de ataque.