Pese a que aún cuenta con contrato en vigor hasta 2021, Messi no parece tener claro hacia dónde camina este FC Barcelona
Hoy, el argentino interrumpió sus vacaciones para mantener una reunión con Koeman y poderse expresarse tras aquella dura derrota frente al Bayern por 2-8. El capitán le habría confesado, según RAC1, que se ve más fuera que dentro. Golpe duro sin duda alguna para el combinado catalán, que perdería al mejor jugador del mundo y al icono del club la última década. Dejarle marchar conllevaría pérdidas tanto económicas como deportivas, ya que sin Neymar, el equipo ha dependido aún más del rosarino.
Tras la debacle de París, Turín, Roma, Anfield y Lisboa, la paciencia de la pulga habría llegado a su fin. Las circunstancias que vive el mercado actualmente, no son las idóneas para realizar un traspaso millonario. Contactar con un club que pueda permitirse la incorporación de Messi, es complicado debido al empobrecimiento que sufre la economía actual.
Una marcha en el peor momento
Quien iba a decir que la cruel derrota contra los bávaros sería su último encuentro vistiendo la elástica azulgrana, y que su último partido en el Camp Nou fuese sin público y dando una imagen lastimosa para el estatus de un club como el Barça. El sueño de muchos estaría cerca y la pesadilla de otros también.
A expensas de lo que pudiese ocurrir si Messi se marchase, Koeman sigue en marcha con su plan de confeccionar la plantilla. La situación que se vive en la Ciudad Condal, no facilita la posible incorporación de grandes estrellas en el frente de ataque. Se marcha un futbolista que te sacaba las castañas del fuego cuando se necesitaba, y aumenta aún más la falta de gol en Barcelona. Cambio de ciclo total.