Marcelo Vieira está teniendo una de sus peores etapas como futbolista del Real Madrid, y la afición ya pone en entredicho su desempeño
El rendimiento de Marcelo en las últimas temporadas no está convenciendo a la afición del Real Madrid. La aparición de Sergio Reguilón hace dos campañas, o el fichaje de Ferland Mendy traía nuevas esperanzas a la parroquia merengue. Sin embargo, el futbolista brasileño sigue contando con la confianza de Zidane para algunos partidos claves. El jugador no responde, y su rendimiento va cayendo en picado a la par que la confianza y el cariño de la grada.
El dato es escalofriante y deja en un mal lugar al carrilero zurdo. En esta segunda etapa del entrenador francés se han disputado un total de 57 partidos de liga. Marcelo tuvo la opción de jugar 28 partidos, traducidos en 16 victorias, 3 empates y 9 derrotas. Marcelo se quedó en el banquillo o en la grada en 29 ocasiones, de las que el cuadro blanco sacó un balance de 20 victorias y 9 empates. El brasileño ha estado presente en todas las derrotas ligueras del último año y medio de los merengues. El lateral siempre fue un puñal ofensivo para sus entrenadores en el Real Madrid, pero su aporte en ataque esta muy lejos de sus registros. La campaña pasada tan solo consiguió 2 goles y 7 asistencias, unas cifras bajas y poco comunes en el futbolista.
Marcelo nunca fue un lateral que aportase una especial seguridad en defensa. Su punto fuerte en el juego siempre fue su capacidad ofensiva. En cuanto a talento y calidad es de los mejores del mundo y eso marcaba diferencias en el área rival. Para el recuerdo quedan ya sus incursiones por el costado zurdo, sus centros medidos y sus apariciones en el área enemiga. Su capacidad física le permitía también volver rápidamente a su posición, y aún dejando algún despiste no siendo un problema claro. Eso ha cambiado en Marcelo, su capacidad física ya no le permite devolver tan rápido su posición provocando desajustes defensivos. Para colmo, en ataque ya no es aquel jugador incisivo y que aportaba alternativas.
Marcelo es el claro ejemplo de que en el fútbol, los años pasados no sirven en el presente. Y es que, la afición siempre tuvo un cariño especial al brasileño y este final en el cuadro blanco podría enfriar esos sentimientos. No es justo, ni para el propio futbolista, ni para el club, ni mucho menos para la afición. La parroquia blanca ya comienza los partidos con un runrún especial cada vez que ven al carioca en la alineación de Zidane.
Y es que, quizás ambos deberían mostrar respeto y separar sus caminos. El club blanco agradeciendo sus provechosos años y el jugador dando un paso al lado y dejando su puesto a otros jugadores. Esta claro que Marcelo forma parte de la historia del Real Madrid, pero tiene que mirar por el club y dar un paso al costado. El club por su parte debe despedir al jugador con honores y buscar el mejor recambio posible para un jugador que lo ganó todo en el Santiago Bernabéu.
