El equipo partenopeo rindió el mejor tributoposible al jugador más importante de sus 94 de historia tanto en la previa como en el partido, consiguiendo derrotar por goleada a la Roma
Aquel que hizo feliz a un pueblo siempre será bienvenido en él. Como no podía ser de otra forma, el caso de Diego Armando Maradona, el hombre que cambió la historia del Napoli, no fue jamás una excepción. Aún en sus peores momentos, donde la partida del Diez parecía mucho más temprana de la que terminó siendo, la parroquia de San Paolo siempre le ofreció su hombro sobre el que llora, mientras que el mundo se olvidaba del tipo que les hizo feliz con un esférico. Ese mismo tipo que se apagó el pasado miércoles, pero cuyo recuerdo y legado perdurará por siempre en la ciudad del sur de Italia.
Homenaje a la altura del ídolo máximo
Por si alguien lo dudaba, entre los innumerables homenajes en memoria del Diego realizados en todos los partidos de este fin de semana, el ofrecido por el que fue su equipo durante siete años brilló con luz propia. Destacando la salida al césped de sus jugadores con una camiseta albiceleste en su honor, los actos conmemorativos comenzaron con la entrega de un ramo de flores del actual capitán, Insigne, a una de las pancartas del estadio de San Paolo que llevaban la imagen del pelusa y que rezaba “The King” (el rey).
A su vez, la grada del desgraciadamente vacío por la pandemia San Paolo se tiñó con sus mejores galas bajo el mosaico virtual de quien a día de hoy se sigue considerando el rey de Nápoles. Para terminar con la ceremonia, los jugadores del Napoli y Roma se unieron en torno al círculo central para guardar un emotivo minuto de silencio en recuerdo del 10.
Una vez comenzado el partido, los partenopeos cerraron el homenaje de la mejor manera posible, brindándole la importante victoria por 4-0 a su máximo ídolo. Los goleadores fueron Insigne, Fabián Ruíz, Mertens y Politano.
El D10S de Nápoles
El fallecimiento de Diego Armando Maradona ha causado una enorme conmoción en la ciudad más poblada del sur de Italia. Casi a la altura del país argentino. No en vano, la historia contemporánea del que a día de hoy es uno de los clubes italianos más poderosos no se entiende sin él. Luego de dos años sin pena ni gloria en el Barcelona, en 1984 Maradona aterrizó en Nápoles a cambio de 1.200 millones de pesetas. Llegaba a un equipo de mucho menor prestigio, a la sombra de los grandes equipos que entonces comandaban el Calcio tanto económicamente como a nivel de plantillas.
En la década de la mejor Serie A de la historia, y probablemente la una de las ligas de mayor nivel de la historia, Maradona consiguió convertir a aquel equipo de media tabla en uno capaz de mirar a los ojos a los equipos más importantes del panorama continental. Antes de que una sanción le alejase de su hábitat natural terminase poniendo fin a su andadura en Italia, el Pelusa capitaneó al club azzurri a la consecución de dos Scudettos, una Copa de Italia, una Copa de la UEFA y una Supercopa de Italia. Cabe destacar que en aquel entonces sólo accedían a la UEFA los subcampeones. Por lo tanto, su relevancia era mucho mayor en comparación con el formato actual.
Ho visto Maradona
Un legado sin precedentes el de Diego, cuya huella sigue vigente en los aledaños del templo del Napoli. Más allá de sus 115 goles (tercer máximo goleador de su historia), la implicación que mostró desde el primer día con una hinchada en busca de un ídolo trascendió como pocas veces se recuerda. Maradona se ganó el corazón de Nápoles hasta tal punto que, a día de hoy, su dorsal se encuentra retirado, en forma de homenaje. Una muestra más de respeto de una hinchada hacia quien nunca les decepcionó ni les dejó tirados cuando vistió la camiseta del club que amaban. A quien le perdonaron sus errores y engrandeció la leyenda del pibe nacido en Fiorito que lo dio todo por ellos hasta el final.