La presencia de estos dos hermanos gemelos en la Naranja Mecánica del Mundial de 1978 pasó a la posteridad como una de las anécdotas más curiosas de lo que hoy conocemos como fútbol vintage
Muy baja es la probabilidad de que una madre conciba gemelos. Exactamente, en torno a una de 250. Más difícil es aún concebir a un hijo cuyo futuro le lleve a colearse entre las élites del balompié. Pues bien, imagínense lo complicado y extraño que debe de ser encontrar este último caso repetido en dos tipos llegados al unísono al mundo.
Aunque han sido varios los casos en los que dos hermanos idénticos han saboreado las mieles del fútbol profesional, probablemente el de los hermanos Van de Kerkhof sea uno de los más especiales. Por delante incluso de los famosos hermanos Frank y Ronald De Boer. Como casos más recientes, en la última década hemos sido testigos de la presencia de los exmancunianos Rafael y Fabio. O de los alemanes Lars y Sven Bender. Por supuesto, no podemos dejar de mencionar al caso vivido en LaLiga Santander en Osasuna, con Miguel y Javier Flaño. Sin embargo, la repercusión de los protagonistas de este artículo trascendió más allá del triunfo de llegar al fútbol profesional. Tanto René como Willy consiguieron convertirse en figuras trascendentales de los últimos coletazos del “Fútbol Total” de Países Bajos.
De la mano al fútbol profesional
Desde sus nacimientos el 16 de septiembre de 1951 en la ciudad neerlandesa de Helmond, la carrera futbolística de estos dos carismáticos futbolistas estuvo, de alguna manera, unida desde sus inicios. Juntos llegaron al Twente y juntos lo dejaron para fichar tres años más tarde por el PSV Eindhoven, uno de los gigantes del fútbol neerlandés. Allí permanecieron unidos durante los siguientes diez años, en los que tuvieron tiempo para engrosar su palmarés individual con tres Eredivises, dos Copas y una copa de la UEFA.
Esta trayectoria tan similar les llevó a vestir de manera casi unísona por primera vez la naranja de la selección. En esta línea, se terminaron convirtiendo en piezas fundamentales del combinado nacional, cada uno en su rol. René ejemplificaba la figura del extremo derecho moderno. Rápido, directo y con gran capacidad para adiestrar su pierna menos buena (la zurda). Por su parte, Willy ocupaba un rol menos vistoso. Desde el mediocentro, él fue el cerebro del que nacían las jugadas al contragolpe “Made in Netherlands” que aún hoy nos hacer babear.
Fundamentales en la Naranja Mecánica del Mundial del ’78
Aunque ambos fueron citados por la selección tulipán para la disputa del Mundial de 1974, no fue hasta 1978 cuando esta pareja de hermanos pasó a los anales de la historia de los Mundiales. En esta primera ocasión, Willy ni siquiera llegó a vestirse de corto. En cuanto a René, aunque tampoco gozó del protagonismo soñado, sí que puede presumir de haber jugado media final en aquella fatídica tarde ante la Alemania de Franz Beckenbauer.
Para consuelo de ellos, el nuevo seleccionador Udo Lattek confió en los ya curtidos gemelos de casi 27 años para representar de forma asidua a Países Bajos en el siguiente Mundial, disputado en Argentina. Una selección debilitada tras la ausencia de Johan Cruijff. A pesar de ello, la aún denominada Naranja Mecánica consiguió igualar el hito de sus compañeros cuatro años atrás, llevando a la selección neerlandesa hasta el Estadio del Monumental para luchar por la Copa.
Antes de llegar al templo del River Plate, los tulipanes tuvieron que hacer frente a un duro y muy pedregoso camino. Por suerte, encontraron en los hermanos Van de Kerkhof el señuelo perfecto con el que orientar su andadura. Como dato, gracias a la fortuna de ambos de cara a portería, se convirtieron en la primera –y única, hasta ahora– pareja de gemelos en anotar en una misma fase final mundialista. Este hecho no fue el único que pasó a la posteridad. Después de lesionarse en el partido inaugural (con derrota por 3-0) ante Irán, la imagen de René durante todo el campeonato con la mano escayolada aún se mantiene viva en el recuerdo de los hinchas más veteranos.
Una vez más, el hecho de enfrentarse al combinado anfitrión en el último escalón por la gloria acabó penando en demasía a una excelente generación. A pesar de todo, se ganaron el respeto de todo el planeta gracias a su atractiva propuesta balompedística. Con el apoyo de una afición entregada a la causa, Argentina consiguió coronarse por primera vez en su historia campeona del Mundo tras derrotar por 3-1 a Países Bajos.
Los goles en la prórroga de Mario Alberto Kempes y Bertoni decantaron del lado albiceleste la pugna. Una noche histórica que su rival hizo temblar. Y es que, a falta de ocho para el final, Dick Nanninga (asistido, precisamente, por René Van de Kerkhof) replicó el 1-0 inicial de Kempes. Tras aquella segunda oportunidad perdida, el fútbol les negó por siempre la oportunidad de alcanzar el éxito a nivel de selecciones a aquellos hermanos. Su bagaje en selecciones se cerró en 5 goles en 47 partidos para René, y otros tantos en 63 presencias para su pariente Willy.
Caminos separados tras 32 años unidos
Cinco años después de la aventura en argentina, sus caminos se separaron. Mientras que Willy prefirió continuar con su trayectoria en el PSV, René tomó la decisión de emprender la aventura en el extranjero en busca de nuevas experiencias. Su nuevo club sería el Apollon Smyrni griego, donde permaneció una temporada antes de emigrar nuevamente por tan solo un año al Seiko SA hongkonés. Finalmente, el extremo diestro decidió volver a su ciudad natal para defender los colores del Helmond Sport. Tres temporadas después, aterrizó en el FC Eindhoven. Tras una única campaña en el club eindohovense, decidió poner fin a su trayectoria como futbolista profesional en 1989, con casi 38 años.
Por otra parte, el adiós al fútbol de Willy se adelantó una temporada. No obstante, su hora llegó cuando aún vestía los colores del PSV. Aunque su importancia en el club fue decayendo con el paso de los años, su decisión de permanecer en el prestigioso equipo neerlandés hizo que su palmarés se viese considerablemente aumentado, con tres ligas, una Copa y una Copa de Europa desde la marcha de René. Además, fue testigo del triplete de 1988, además de partícipe del mejor PSV de todos los tiempos.
Dos tipos con una historia de lo más curiosa tras de sí, además de representar una de las figuras más icónicas del fútbol vintage. Cada uno en su especialidad, ambos brillaron en sus mejores días, alcanzando su clímax simultáneamente en aquel Mundial de 1978, con final infeliz para ellos. Debido a ello, no es casualidad que el mismísimo Pelé los incluyese a ambos en la célebre lista bautizada como FIFA 100. Aquí, el tricampeón mundial incluyó a los 125 mejores futbolistas de todos los tiempos hasta aquel entonces. Esta fue publicada el 4 de marzo del 2004 en Londres, con motivo de la celebración del centenario de la FIFA. Junto a ellos se encontraban sus compatriotas Dennis Bergkamp, Johan Cruyff, Edgar Davids, Ruud Gullit, Patrick Kluivert, Hohan Neeskens, Rob Rensenbrink, Frank Rijkaard, Ruud Van Nistelrooy, Seedorf y Marco Van Basten.
Un caso insólito en la historia de los Mundiales, y que muy posiblemente tardaremos en volver a ver en escenarios de semejante dimensión.