El club pepinero completa el año tras vivir un descenso y terminar su estancia en Primera División
El 2020 ha sido un año para olvidar para todos y el fútbol ha sido una vía de escape ante todo lo que estaba pasando ahí fuera. Y es que a pesar del descenso, se ha conseguido que el aficionado del Leganés se olvide de la pandemia y de todas sus consecuencias durante 90 minutos en cada día de partido de su equipo. Aunque también ha habido alegrías efímeras, la tónica general de este club han sido los disgustos y el sufrimiento en cada encuentro. Sin embargo, qué bonito es olvidarse de todo durante un rato, aunque sean solo 90 minutos, en una de las ciudades más castigadas por el covid. Si hay que sufrir, que sea por el Lega.
El club blanquiazul completa este 2020 en Segunda División después de haber empezado el año en la categoría de oro del fútbol español. El mercado de invierno y la salida de Braithwaite fuera de plazo terminaron de condenar a un equipo que ya estaba enfermo en enero. Nadie apostaba un céntimo por la permanencia del Leganés en Primera, pero lo que no sabían es que un pepinero nunca se rinde. La lucha, el sacrificio y la persistencia fueron los principales argumentos de un equipo al que le faltó un solo gol para lograr una permanencia heroica.
A pesar del balance negativo a nivel deportivo que ha tenido este año, el aficionado se puede quedar con varios momentos muy bonitos que ha vivido en 2020. El partido ante la Real Sociedad, por ejemplo, puede catalogarse como uno de los encuentros más épicos de la historia reciente del club. Si preguntas a los aficionados, la mayoría dirán que el mejor momento del año ha sido volverse loco con el golazo de Óscar en el último minuto. Un gol de falta que le quitó las telarañas a la escuadra para completar una remontada en Butarque ante un equipo en plena lucha por Europa. Como bien diría un amigo mío, qué peligroso es enamorarse de un jugador cedido. Y si no, que se lo digan al Leganés con el caso de Óscar Rodríguez.
Los últimos puntos en Primera simbolizan a la perfección lo que es el Lega. Victorias y empates “in extremis” de un equipo que nunca se da por vencido por muy muerto que parezca. La épica llegó en partidos contra Villarreal, Valencia o Mallorca y fue en la victoria en San Mamés cuando algunos locos llegaron a pensar que aún se podía salvar la categoría ante el campeón de liga en la última jornada. Esos locos eran los pepineros, los que por muy feo que esté el asunto, van a seguir creyendo y luchando. Un gol ante el Real Madrid fue lo que les faltó para lograr una permanencia que se escapó entre esas lágrimas de Bustinza que representaban a todo un pueblo.
Ahora, el proyecto en Segunda es ilusionante. Se ha logrado confeccionar una plantilla muy buena para aspirar al ascenso. Sin embargo, a pesar de haber empezado bien la temporada, los tropiezos han hecho recordar lo dura que es la categoría de plata. Para ganar no solo hace falta un equipo bueno y el Leganés lo está comprobando. A pesar de todo, el año acabará con el conjunto pepinero en la zona alta de la clasificación. Toca mirar para arriba para lograr los objetivos en este año que entra. Y lo más importante, ojalá en 2021 la ciudad de Leganés solo sufra con su Lega.