El modesto equipo catalán conquistó el corazón de los amantes de este deporte gracias a su actuación en el torneo del KO de la temporada 2001/2002
Si hablamos de la edición de la Copa del Rey de la 2001/2002, probablemente lo primero que se nos venga a la cabeza sea la imagen del Deportivo arruinándole la fiesta del Centenario al Real Madrid en la final. Lo que quedó para la posteridad bajo el nombre del “Centenariazo”. Sin embargo, si nos paramos a pensar mejor en todo lo que rodeó a aquel campeonato antes de llegar a la final del 6 de marzo en el Santiago Bernabéu, no tardaría en venirnos a la memoria un nombre, el del UE Figueres. Este modesto club catalán hizo historia al convertirse en el primer equipo de la Segunda B en llegar hasta las semifinales del campeonato.
La mayor sorpresa en la historia de la Copa del Rey
La majestuosa travesía del humilde club catalán de Segunda División B en la Copa de aquella temporada comenzó en septiembre del año 2001, con la primera ronda. En frente, el Teruel, equipo de Tercera División en un emparejamiento que se decidiría a partido doble. En la ida, el club gironí se impuso por 1-2 a su rival, dejando la aún por decidir. No obstante, los catalanes se encargaron de solventar vehementemente la contienda en la primera mitad del partido de vuelta, llegando al descanso con un 7-0. Un auténtico repaso a su aún más modesto rival que se acabó en 8-0. El primer objetivo estaba cumplido. El UE Figueres tendría el honor de recibir a un Primera en la siguiente fase. Una alegría que se vio exponencialmente aumentada al darse a conocer quién le esperaba en treintaidosavos. El FC Barcelona.
FC Barcelona, primera gran víctima de David
Había caído el gordo en el Municipal de Vilatenim. El conjunto dirigido por Pere Gratacós tendría el privilegio de medirse a todo un FC Barcelona, eso sí, en horas bajas. La gestión de Joan Gaspart en la presidencia comenzaba a hacer mella en el equipo, e incluso en los ánimos de la afición. Aquel 7 de noviembre en el que los dos conjuntos catalanes se vieron las caras por un hueco en los dieciseisavos, el Vilatenim recibió a los 22 protagonistas con la grada a rebosar. Eso sí, con alguna que otra división en cuanto a preferencias.
No obstante, entre aquellos que se atrevieron a ir con una camiseta blaugrana se podía palpar el descontento que entonces imperaba en torno a la gestión del equipo culé, el cual pedía “más Masía y menos cartera“. El clima perfecto con el que pensar que cualquier resultado era posible. Sin embargo, entre los integrantes de la plantilla del Figueres siempre estuvo presente el que el hecho de jugar este partido ya era una victoria. O no.
A medida que el partido avanzaba, se fue viendo a un conjunto visitante cada vez menos intimidante. Al mismo tiempo, los locales fueron agrandándose en el partido a través de su rigor defensivo. En el conjunto blaugrana se podían ver los rostros de unos aún jóvenes Xavi Hernández, Puyol, Pepe Reina o Fernando Navarro, quienes acabarían siendo campeones de la Eurocopa del 2008.
Volviendo a Figueras, a medida que avanzaban los minutos se fue afianzando la idea de que el milagro era posible, hasta que llegó. Tras conseguir mantener a raya las ofensivas culés, el partido se vio alargado hasta la prórroga.
En esta ocasión, el gol no se hizo derogar. En el primer minuto del tiempo adicional, precedido por una jugada embarullada, el atacante del CE Figueres, Kali Garrido, consiguió conectar un disparo que, tras tocar en Puyol, se convirtió en imposible de detener para un Reina que solo pudo lamentar el gol encajado. El Barcelona aún tenía margen de reacción. Sin embargo, el bloqueo instaurado en las piernas y cabezas de los futbolistas azulgranas terminaron sucumbiendo ante un Figueres que se dio el gusto de disfrutar en estos últimos minutos de la machada histórica que estaban a punto de consumar.
Llegados al 120’, el árbitro pitó el final. Efectivamente, el UE Figueres se había cargado al FC Barcelona. El menor de los David le echó un pulso al sargento Goliath, mirándole a la cara, y además salió victorioso. Sin lugar a dudas, los hombres de Pere Gratacós acababan de protagonizar una actuación inolvidable en la historia de la Copa del Rey. Como daño colateral, esta increíble gesta sirvió para levantar más de una ampolla en su día en el entorno del club blaugrana.
Una nueva gesta ante Osasuna al alcance de once metros
Luego de acabar con las esperanzas coperas del equipo barcelonés, en el siguiente escalón se vería las caras nuevamente con un primera. Esta vez, el rival era Osasuna, con quien competirían a partido único por seguir escalando en la carrera por la Copa. Aunque aún perduraba el sosiego en el vestuario, había quienes se atrevían a creer en un nuevo milagro.
Aunque esta vez el camino fue más largo, el conjunto gironí nuevamente logró salir inmune ante las acometidas de los rojillos por romper el empate antes de los 90 minutos, sin éxito para los navarros. Misma fortuna corrieron en la prórroga, delegando su suerte por continuar en la Copa en manos de los once metros. En esta ocasión, la lotería, esta vez de los penaltis, nuevamente le sonrió al conjunto catalán. Tras empezar ambos equipos anotando sus respectivos primeros dos lanzamientos, los posteriores fallos ante Juan Carlos Caballero (guardameta del Figueres) de Iñaki Muñoz y Sabino Sánchez hicieron que, solo 20 días después de acabar con el FC Barcelona de Carles Rexach, el Vilatenim volviese a estallar de júbilo por dejar KO a un nuevo club de primera división.
Novelda y Córdoba, las últimas barreras para hacer historia
De esta forma, La Unió se hizo un hueco entre los últimos 16 candidatos a levantar el ansiado trofeo. Palabras mayores. Además, a partir de esta ronda de octavos, las eliminatorias nuevamente volverían a cerrarse en partidos a ida y vuelta. Solo faltaba por saber quién sería su rival.
En este caso, fue el Novelda CF, un equipo de su misma categoría que dejó dividido al vestuario. En un primer momento, la decepción de no poder medirse a un equipo más de la élite predominó entre los integrantes de la plantilla. Sin embargo, tras sopesarlo en frío, la idea de poder eliminar a un rival, teóricamente, de su altura, pudiéndose plantar en los cuartos de final, motivó aún más a un equipo que se negaba a despertar del sueño copero.
Tanto fue así que, tras vencer por 2-1 en la ida, los catalanes plantearon en la vuelta un encuentro de lo más cerrado. El objetivo estaba claro, no encajar el gol que les dejase fuera. La idea de Gratacós terminó dando su fruto, ya que el partido finalizo en empate a 0, resultado apto para que su equipo continuase vivo. El Figueras lo había vuelto a hacer, y ya estaba en los cuartos.
Unos cuartos que le depararon un cara a cara a doble partido con un Segunda División, como lo era el Córdoba. A estas alturas, ni siquiera el factor de favoritismo del club cordobés pudo frenar a la que ya era la revelación indiscutible del campeonato. Esto quedó patente luego de que saliesen con un 0-2 favorable de su visita al Arcángel en el partido de ida. Fruto de ello, todos aquellos sectores que creían ser parte de la gesta que estaban protagonizando los futbolistas de La Unió comenzaron a instaurar el pensamiento de que nadie podía con ellos.
Con los pies en la tierra
La fiesta propia de la alegría por verse semifinalista, a falta de resolver aún la vuelta era cada vez mayor. Incluso dentro del vestuario, lo que llevó al entrenador, Pere Gratacós, a tomar una decisión que a día de hoy no sabe si fue la correcta. Por otra parte, lo único que hizo fue recordar a sus jugadores que solo eran un equipo de Segunda B, y que en el momento que perdiesen la memoria y la humildad de quienes eran y dónde estaban jugando, caerían sin piedad.
Afortunadamente para ellos, en el partido de vuelta ante su público no tuvieron que lamentar nada. El encuentro se cerró nuevamente en 0-0, confirmando lo que, unos meses antes, parecía imposible. El UE Figueres se había convertido en el primer equipo de Segunda B en alcanzar unas semifinales de Copa en toda la historia. Algo que solo el CD Mirandés ha conseguido repetir, en la temporada 2011/2012.
La final en el horizonte y el EuroDÉpor de frente
Entre la emoción y la estupefacción de lo que se estaba viviendo, había que recordar que estaban a falta de tan solo un escalón de luchar, no solo por un título, sino de la posibilidad de jugar en Europa la siguiente temporada. Indiscutiblemente, un hecho que a buen recaudo provocase algún que otro shock al tiempo que llegaba la noticia de que su rival por llegar a la final sería el Deportivo de A Coruña. Rival complicado, aunque los había quienes hubiesen preferido medirse al Real Madrid. El conjunto blanco fue emparejado con el Athletic Club, al que terminaron derrotando para hacerse un hueco en la finalísima.
Una única derrota en toda la Copa
Ante el equipo gallego, el Vilatenim fue testigo de la única derrota de su equipo en toda la edición de la Copa del Rey. El tempranero gol de Diego Tristán, cuando solo se habían jugado 5 minutos de partido, certificó la victoria de los de Jabo Irureta, ante el descontento de los locales con la actuación arbitral. Resultado abierto pero difícil teniendo en cuenta el escenario en el que se habría de acometer la remontada, como lo era Riazor. A pesar de ello, aunque un gol de José Manuel a los seis minutos tranquilizó a los locales, el gol de penalti del futbolista visitante Piti en el 90’ hizo temblar a la hinchada. La misma que, tras el pitido final y asegurar el billete para la final, supo reconocer el enorme mérito de lo que había hecho su rival.
Historia y señal de motivación para los equipos más humildes
Un humilde equipo que se negó a despertarse de su sueño copero. Aunque terminó muriendo en la orilla, su esfuerzo no cayó en saco roto. Los futbolistas dirigidos por Pere Gratacós conquistaron al aficionado neutral que en pocos meses pasó de no conocer apenas la existencia del equipo a convertirse en seguidor acérrimo de su camino entre gigantes. En la actualidad, luego de ser refundado en 2007, el CE Figueres se encuentra en Tercera División.
Con el recuerdo de la gesta del UE Figueres vigente, el jueves tanto Alcoyano como Navalcarnero saltarán al terreno de juego en busca de seguir ampliando su historia en esta edición de la Copa del Rey, y grabar su nombre para siempre en la historia de la competición.