A pesar de los rumores que lo colocan fuera del Real Madrid, Isco Alarcón trabaja duro por un hueco en los planes del entrenador
Hace ya una semana de la vuelta a los entrenamientos del nuevo Real Madrid. Con la plantilla partida, debido a una Eurocopa que ya ha terminado, Carlo Ancelotti dio comienzo al trabajo de puesta a punto de una plantilla que necesita un lavado de cara. Los problemas físicos lastraron al equipo la pasada temporada, y ahí es donde el italiano ha puesto el foco. No son pocos los futbolistas criticados por su estado físico, como pueden ser Marcelo, Hazard, Jovic e Isco Alarcón. Aunque este último ha vuelto más ‘fino’ que nunca.
Al malagueño se le ha abierto una nueva puerta a la titularidad con la llegada de ‘Carletto’ al banquillo. Ya compartieron vivencias entre 2013 y 2015, justo en las dos primeras campañas del ex de Valencia y Málaga en Chamartín. Y aunque el español no fue uno de sus predilectos, sí dio alguna pincelada de sus capacidades. Ahora, la intención de Isco es la de dejarle claro a Ancelotti que merece un puesto, bien sea en el centro del campo o la delantera, y ha empezado a demostrárselo desde el primer día.
El ‘22’ no es ajeno a los rumores que lo colocan fuera del Real Madrid. Si bien se habla de un fuerte interés del AC Milan en hacerse con él (dispuestos a pagar 20 ‘kilos’), lo cierto es que Isco quiere quedarse. Tal como publicaba Diario UF hace unos días, hay interés de los italianos, pero no oferta oficial ni intenciones del malagueño de hacer las maletas. Por ello, si desea seguir jugando en el Santiago Bernabéu, tendrá que demostrar que las últimas temporadas han sido tan solo un espejismo del verdadero Isco.
Regreso al futuro
Si Isco sigue en el Real Madrid es por la esperanza que mantiene el club de recuperar su mejor versión. Entre 2017 y 2018, bajo las órdenes de Zinedine Zidane, y coincidiendo con la época de las 3 Champions League consecutivas, el malagueño desplegó un fútbol de película, pocas veces antes visto. Llegó a colgarse el cartel de mejor jugador español del momento, y a ser un faro para un equipo repleto de estrellas en sus mejores momentos. Pero cuando más responsabilidad se le cargó sobre los hombros, su nivel decayó en picado.
Desde la primera marcha de Zidane no volvió a ser el mismo, y cuando el francés regresó, no fue capaz de ganarse de nuevo su confianza. La nueva temporada trae una cara diferente al banquillo, y es la hora de demostrar compromiso, disciplina y brillantez. Es hora de demostrar que hay un nuevo Isco.