El lateral derecho no pudo asistir por molestias musculares a los dos compromisos amistosos del Athletic Club en tierras inglesas
Ander Capa no fue incluido entre la lista de 24 convocados para disputar los dos encuentros amistosos que disputó durante el fin de semana el Athletic Club ante el Southampton y Liverpool, en los que fueron los últimos compromisos amistosos antes del inicio de la temporada oficial. La causa por la cual el ex del Eibar fue baja fue una sobrecarga muscular en el cuádriceps de su pierna izquierda, cuta recuperación ha quedado, tal y como informaron los propios servicios médicos del club, pendiente de evolución.
Un nuevo contratiempo para el defensor, quien no vive sus mejores días como rojiblanco precisamente. Tras perder el puesto de titular en el lateral derecho luego de la vuelta de Óscar De Marcos, sus últimos meses en Bilbao han sido un carrusel de malas noticias. Además, cuando empezó a ver la luz al final del túnel luego de firmar una gran primera parte ante el Atlético de Madrid durante un encuentro liguero sin apenas nada en juego, tuvo la pésima suerte de caer gravemente lesionado de la rodilla, quedando fuera de competición durante el resto de la temporada.
Su futuro, todavía en el aire
Por si fuera poco, aún no se le ha buscado una solución a su futuro. Con contrato hasta junio de 2022, su futuro continúa siendo una incógnita. Aunque la intención del jugador era la de continuar ligado a la entidad, desde la propia directiva parecen no tener del todo clara su decisión. Más aún después de la contratación de Álex Petxarroman, en quien se han depositado mucha confianza. Además, parece que Marcelino fue más partidario de apostar por De Marcos en la posición.
Desde su llegada a San Mamés, ha podido defender los colores rojiblancos en hasta 104 ocasiones, logrando sumar cinco goles y seis asistencias, además de una Supercopa de España. Por lo tanto, está por ver si este contador podrá ampliarlo durante los próximos años, durante una campaña más, o quién sabe si ni siquiera se podrá volver a ver al jugador hasta que no solucione los problemas pertenecientes a su contrato.