El centrocampista asturiano firmó un gran partido en la vuelta del público a Mendizorroza, siendo clave en la sala de máquinas del Alavés
Manu García dejó la capitanía del Deportivo Alavés tras 9 temporadas en el club, pero por lo visto, su nombre y apellido no se borraron nunca de los vestuarios de Mendizorroza. Uno bien diferente a este, procedente del Sporting de Gijón, llegaba a Vitoria con la intención de convertirse en una pieza clave del ya anticuado a la vez que desgastado centro del campo que se había generado en los últimos tiempos en los alrededores de Vitoria.
Nuevos aires, mismo encaje
El ’14 del Alavés se ha definido siempre como un futbolista polivalente, capaz de completar el puzzle de la medular en cualquier situación de partido. Es así que como ya hizo en Gijón, el internacional sub-21 puede desarrollar un papel protagonista tanto actuando como mediapunta, como bien haciéndolo desde el lugar que lo hizo el pasado sábado, el pivote defensivo.
El centrocampista de Oviedo fue junto a Mamadou Loum la nueva cara que mejores sensaciones transmitió a Javi Calleja en el estreno liguero. En los 59 minutos de los que dispuso, pudo plasmar sobre el verde con total acierto un equilibrio entre la zaga defensiva y la ofensiva que ayudaría a su equipo a llegar en tablas (0-0) al descanso. Con un ligero dominio de la posesión, el conjunto vasco ponía a nada más y nada menos que uno de los más claros aspirantes a levantar el título de liga, el Real Madrid, contra las cuerdas.
Manu ya asume el timón
A falta de poco menos de 2 semanas para la clausura del mercado de fichajes estival, desde las oficinas de Paseo de Cervantes se ha conseguido traer al menos hasta junio de 2022 a 7 nuevos jugadores. De esta media docena pasada, 3 de ellos han llegado en forma de traspaso (Toni Moya, Taichi Hara y Florian Lejeune), mientras que otros 4 (Manu García, Iván Martín, Mamadou Loum y Facundo Pellistri), lo han hecho en calidad de cedidos.
De ellos, solo uno fue de la partida en la jornada 1. Ese fue Manu García, que con apenas 23 años y 228 días dejó claro ante casi bien 4.000 personas que su segunda etapa como albiazul no la quiere pasar como grumete, sino como timonel. Como timonel de un barco, que buscará rondando los 40 puntos asegurar cuanto antes su presencia por séptima temporada consecutiva en la máxima categoría.