Tras ser un futbolista capital el año de su llegada, Berenguer ha disminuido sustancialmente sus prestaciones
La temporada pasada, Álex Berenguer llegó procedente del Torino por 12 millones de euros. En poco tiempo, amortizó el precio del fichaje con grandes actuaciones y ganándose la titularidad, en un puesto muy requerido por el conjunto vizcaíno.
Era un puñal por banda y sus contribuciones no se limitaban únicamente a los números, ya que su verticalidad y buena capacidad de asociación hacían progresar al equipo. Sobre todo, con la llegada de Marcelino a los banquillos, que implantó su característico 4-4-2 y favorecía las constantes incursiones del navarro por banda derecha.
Hacía tiempo que los leones no tenían un extremo o banda derecho que aportara tanto desde la salida de Markel Susaeta, quitando sus dos últimos años. Cayó de pie en Bilbao, dando puntos importantísimos y goles clave, como en la prórroga de la semifinal de Copa contra el Levante.
En 2808 minutos, marcó 9 goles y repartió 5 asistencias. Por lo tanto, generaba una acción de gol cada 200 minutos. Son números realmente buenos, teniendo en cuenta que ni siquiera es delantero. Además, fue el máximo goleador zurigorri de la temporada.
Su titularidad en entredicho
Sin embargo, esta campaña, la historia es otra. Berenguer aún no se ha estrenado de cara a puerta, a pesar de haber llegado casi al ecuador de la temporada, y su juego se asemeja más al que le hizo ser jugador intermitente en el fútbol italiano que al que le hizo ser vital en Bilbao.
Apenas ha disputado minutos de calidad: contra Barça, Valencia y poco más. Es más, ha tenido mayor número de encuentros irrelevantes que destacables, lo que ha hecho que Nico Williams entre en escena, apoyado por gran parte de la afición rojiblanca, que pide su titularidad.
Poco a poco, la titularidad de Berenguer se va poniendo en entredicho, y el crédito de la campaña anterior se va acabando. Tan solo lleva 1 asistencia en 876 minutos, lo que refleja la gran diferencia de nivel entre un curso y otro. Un dato particular es que lleva más tarjetas amarillas que acciones de gol.
Sin embargo, existe la otra cara de la moneda: el pequeño de los Williams. Actualmente, Nico es el relevo por excelencia del navarro, pero eso puede cambiar, ya que su nivel es mejor e ilusiona. Mientras la expectación por el joven crece, la paciencia por el rendimiento de Berenguer se agota.
Nico Williams todavía no es determinante en el Athletic, aunque claramente demuestra unas virtudes al alcance de muy pocos futbolistas, es desequilibrante. Si pule sus cualidades, tiene ese puntito de suerte que todos los atacantes necesitan y Berenguer no recupera la chispa de la campaña 20/21, se ganará el puesto.
Al final, la decisión final recae sobre el técnico. Marcelino deberá escoger su banda derecha y, hasta el momento, Nico Williams está comprando más números que Berenguer.