La estadounidense, que encadena 10 victorias seguidas, se clasifica por quinta vez para las semifinales de un ‘Grand Slam’
En el cuadro femenino siempre suele haber una tapada. Lo fue Emma Raducanu en el último US Open, ganando el torneo desde la previa y sin ceder un set. En la presente edición del Open de Australia, ese cartel corresponde a Madison Keys. La estadounidense, 51 del ranking WTA a sus 26 años, ha derrotado a Barbora Krejcikova por 6-3 y 6-2 para regresar a las semifinales del primer grande siete temporadas después.
Keys, que ya alcanzó la penúltima ronda del torneo en 2015, está siendo un regalo envenenado para sus rivales, ya que pese a su bajo ranking, debido a las lesiones que le impidieron competir con asiduidad el curso pasado, es una tenista temible, con un drive de locura, muy buen revés, un saque estable y un ritmo de juego equilibrado. En 2022 acumula 11 victorias, las mismas que en todo 2021. Además, ganó el título de uno de los torneos de Adelaida hace pocos días.
Keys volvió a pasar como un ciclón ante un rival, algo que ya había hecho en la ronda anterior con Paula Badosa. Dio igual que tuviera enfrente a la cuarta raqueta mundial. Conectó 27 ganadores por los 12 de su adversaria. La checa Krejcikova se derritió ante el calor reinante en la capital de Victoria.
Krejcikova no encontró respuestas para frenar a Keys, que salvó siete de los ocho puntos de quiebre que tuvo la checa, que acumula 38 victorias en sus últimos 48 partidos, con trofeos en Estrasburgo, Roland Garros y Praga, más una final de Sídney. Llevaba cinco victorias seguidas contra estadounidenses hasta que Keys frenó la racha con asombrosa facilidad. Ahora parece candidata al título.
Madison espera en la penúltima ronda a la ganadora del duelo entre Ashleigh Barty, número uno del circuito, y Jessica Pegula. Ya son 10 las victorias consecutivas en suelo australiano. Y es que llegó al Melbourne Park como campeona del 250 de Adelaida.