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Cinco años de una noche mágica

Un 8 de marzo de 2017 se dio la mayor remontada de la Champions League, con un FC Barcelona 6-1 Paris Saint-Germain

Pocos podrán olvidar aquella noche de marzo en el Camp Nou. Los octavos de final de la UEFA Champions League estaban en juego, y aunque todo parecía estar perdido, un ángel cayó del cielo para convertirse en héroe azulgrana. Sergi Roberto culminó una remontada de escándalo que muy pocos podrán olvidar.

Una ida de pesadilla en el Parque de los Príncipes

Cuando se dio el sorteo de octavos de final, la eliminatoria entre Barça y PSG parecía estar pareja, pero en el partido de ida jugado en París los locales demostraron todo lo contrario.

El París Saint-Germain, de la mano de Unai Emery, se vistió de apisonadora para tumbar y noquear al Barcelona de Luis Enrique y Juan Carlos Unzué. Cuatro goles les endosaron al equipo de la Ciudad Condal para dejarlos prácticamente muertos y sentenciados en la máxima categoría del fútbol europeo.

Julian Draxler, Ángel Di María por doble partida y Edinson Cavani fueron los artífices de aquella noche histórica en París, donde dejaron al Barça sin opciones durante y después del partido. Aquel 14 de febrero de 2017 el día de los enamorados se celebró de la mejor manera en París, demostrando el amor entre el equipo y su afición.

De este modo, el PSG ganaba al Barcelona de manera aplastante, mostrándose como un firme candidato para la Champions, y dejando en muy mal lugar al conjunto de Luis Enrique. No obstante, el espíritu culé es eterno, y nunca hay que darle por muerto.

¿Por qué no creer?

Después de la dolorosa derrota de los azulgranas en París, pocas esperanzas habían puestas en ellos. A pesar de tener un equipo muy competitivo y muy guerrero, con la MSN, Mascherano, Iniesta y compañía, la mala imagen ofrecida en la ida dejaba muy mala reputación en la plantilla.

En el partido previo a la vuelta ante el PSG, el Barça goleó por 5 goles a 0 al Celta, lo que dejó un pequeño indicio de que no estaban muertos e iban a luchar. Además, en el propio partido liguero se veían pancartas con el lema “Remuntarem” o “Jo hi crec”, es decir, la afición creía en el Barça, tenían esperanzas puestas en ellos.

“En 95 minutos pueden pasar infinidad de cosas”, decía Luis Enrique en la rueda de prensa anterior al Barcelona – PSG. Y no se equivocaba, en 96 minutos pasaron muchas cosas, y el Camp Nou vivió un acontecimiento que muy pocas veces se volverá a repetir.

Y llegó el día clave

El Barça y el Camp Nou estaban preparados para la lucha, una lucha donde el primer combate se había perdido, pero aún quedaba un último asalto. Ter Stegen, Mascherano, Piqué, Umtiti, Rafinha, Busquets, Rakitic, Iniesta, Messi, Neymar y Suárez eran los once hombres elegidos por Luis Enrique. Enfrente estaría un equipo muy parecido al de la ida, con más ganas que nunca de volver a tumbar a los locales.

El partido de vuelta empezaba de manera excelente para el Barça, con un tempranero gol de Luis Suarez en el 3′ y con más de 96000 almas animando a su equipo. La ventaja iba a ser doblada tras una genialidad de Andrés Iniesta, y el Barça se iba al descanso con un 2-0, lo que ya hacía más que nunca creer a los aficionados.

La segunda mitad iba a empezar de la mejor manera posible para los azulgranas, con un penalti transformado por Lionel Messi a los cinco minutos del comienzo. Un gol más llevaría a los de Luis Enrique hasta la prórroga, todo iba en el rumbo adecuado.

No obstante, a menos de media hora para el final Edinson Cavani silenció al Camp Nou entero con un golazo. FC Barcelona 3-1 PSG. Todo se torcía en Barcelona, los culés necesitaban 3 goles en 25 minutos para llevarse la eliminatoria. A partir de ese momento la grada se apagó, la luz que guiaba al Barça se desconectó y los jugadores se hundían en un barco que parecía ir a la deriva.

Pasaban los minutos y el marcador no se movía. Los aficionados animaban, pero sin ganas tras ver el mazazo del uruguayo. Minuto 85 y el partido seguía igual. Parecía que los minutos finales eran un puro trámite reglamentario para acabar de determinar la eliminación azulgrana de la UEFA Champions League.

A falta de dos minutos para llegar al 90′, Neymar Jr lanzó una falta muy escorada, y la envió directamente a la escuadra. El brasileño, con el equipo en la espalda, intentaba animar, pero el tiempo era demasiado justo.

Minuto 91, quedaban 5′ para el final. Luis Suárez cae en el área rival y Aytekin señala pena máxima. ¿Quién se encargaría de transformarlo? El “11” del Barça, que ya había marcado de falta escasos minutos antes. Ese instante, ese segundo en el que Neymar marcó el quinto del Barça, fue un “click” para volver a encender la luz y para cambiar el chip de los aficionados. El Camp Nou volvía a despertar, el Camp Nou volvía a rugir.

Y entonces, llegó la gota que colmó el vaso. Minuto 95, falta lateral cometida sobre Ter Stegen. Neymar se encarga de mandar el balón al área, que es despejado por la zaga parisina. En el rechace, el propio brasileño amaga, vuelve a centrar, y allí estaba Sergi Roberto. El remate del centrocampista de Reus se coló en la portería parisina.

El Barça lo había hecho, había culminado una remontada histórica. Incluso se formó un pequeño seísmo en Barcelona por el cúmulo de emociones en el estadio. En ese preciso instante cayeron muchas lágrimas en el Camp Nou, de emoción y de tristeza, muchas sonrisas y gritos de amor al Barça y a los jugadores, muchos abrazos de personas desconocidas. Y en efecto eso es el fútbol, la capacidad de emocionar y parar el mundo durante unos segundos gracias a una acción llamada gol.

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