La Real Sociedad cayó ayer en el Santiago Bernabéu ante un Real Madrid muy contundente en ataque y con una gran efectividad.
El equipo txuri-urdin llegaba justo de forma tras haber jugado contra el Mallorca el miércoles. Exactamente, tras 72 horas, viajaron a la capital para medirse contra el equipo de Ancelotti.
Un partido complicado
El equipo vasco sabía a lo que se iba a enfrentarse. Imanol intentó disponer un equipo lo más competitivo posible y acorde al sistema que quería. Las bajas en el lateral izquierdo hacían que el técnico txuri-urdin tuviera que adaptarse a la situación.
Comenzaron de la mejor manera posible con el gol de Oyarzabal. Si el planteamiento inicial ya consistía en meterse atrás y esperar, tras el tanto esto se iba a llevar al extremo.
El Real Madrid era un bombardero y no hacía más que asediar el área defendida por Remiro. El guardameta vasco sostenía el equipo apoyado por una buena defensa. La situación era tensa ya que los errores no forzados provocaban más ataques de los necesarios.
Camavinga soltaba un latigazo que tras tocar en Illarramendi se colaba en la portería. Remiro, en otro error más, cedió el balón a los blancos en una posición muy favorable. Modric ponía un pase entrelíneas a Benzema pero el francés estaba, milimétricamente, en fuera de juego.
La Real Sociedad salvaba el primer match ball pero no iba a hacerlo con el segundo. David Silva dejaba un metro de más a Modric. El croata, con un zurdazo, volvía a poner el balón en las mallas de la portería txuri-urdin.
Se esperaba que tras el paso por vestuarios el equipo limpiase su imagen. Con los cambios que introdujo Imanol se buscaba un reacción, reacción que no se produjo.
El equipo bajó los brazos, otra vez más
Terminó recibiendo tres goles más aunque tan solo dos ellos subieron al marcador. El equipo, sin alma, cansado, desvatado… No es posible ni admisible que un club de la altura de la Real Sociedad conceda cuatro goles, mes sí y mes también.
Tres goles encajados ante el RB Leipzig, cuatro ante el máximo rival, el Athletic, y ayer ante el Real Madrid, otros cuatro. El equipo iba sin gasolina como el propio Imanol dijo: “Nos han faltado oxígeno y piernas para poder competir ante el Madrid”.
El equipo debe hacer un lavado de cara de inmediato. Debe sobreponerse a las lesiones, los malos resultados y las habladurías. Se ha de hacer una conjura. Jugadores, cuerpo técnico y afición deben estar a una para terminar una buena temporada y buscar puestos europeos, y, ¿por qué no Champions?