Fuente: Real Sociedad
Mikel Oyarzabal vuelve a ser decisivo por enésima vez durante esta temporada. Esta vez ha sido con una selección española plagada de jugadorazos, en el que ha sido una de las piezas clave para alzar el título de campeón.
El Desmarque |
Ya no es novedad que Oyarzabal sea uno de los jugadores más destacados de su equipo. En San Sebastián están acostumbrados a ver esto cada semana. Su temporada ha sido brillante, simplemente por el hecho de que ha jugado a un nivel superior que el resto de sus compañeros. Se podría decir que este año ha dado un golpe sobre la mesa, ha tirado del equipo cuando más se le hacía falta y muchas de sus actuaciones han sido de diez.
Un joven eibarrés de 22 añitos que después de 50 partidos y 11 meses de trabajo constante, ha rendido a un muy buen nivel en el europeo que afortunadamente ha conseguido ganar junto a sus compañeros Igor Zubeldia y Mikel Merino. Además de ser indiscutible en el esquema de De la Fuente, ha sabido amoldarse perfectamente al puesto de delantero centro, en el que ha ofrecido una auténtica exhibición de movimientos, pases y desmarques.
Ha aportado dos goles, los cuáles fueron frente a Polonia en fase de grupos y frente a Francia en la semifinal. Su cifra de goles ha aumentado esta temporada, y teniendo en cuenta que su posición ha sido principalmente la de extremo, sus números son excelentes. Sin embargo, en este último torneo se ha adaptado a la posición de falso nueve, lo que le ha permitido moverse por toda la zona de tres cuartos, asistiendo además en la final.
Este jugador es una “ganga en el mercado” para cualquier equipo de Champions League. Tiene potencial suficiente para pelear por un puesto en cualquier equipo del mundo, y como bien dijo nuestro compañero Miguel Quintana, todavía hemos visto el 60-70% de lo que es capaz de hacer sobre el terreno de juego. Un crack con todas las letras.