Uno de los muchos problemas del Barça en esta temporada son las tarjetas y las faltas, pero ¿por qué pasa esto?
No es normal que un equipo como el Barça sea uno de los equipos con más tarjetas amarillas por falta y el conjunto con más tarjetas rojas, con un total de 3. El año pasado también pasó algo similar, el Barça acabó la liga con casi 2 amarillas por partido (1’9), pero este año en lo que va de competición doméstica ya va a 2’5 amarillas por partido (sí, hay mucha diferencia).
Además, en estos últimos partidos estas amonestaciones siguen en aumento: 4 contra el Celta (Messi, Umtiti, Busquets i Roberto), 3 contra el Slavia (Busquets, Semedo, Piqué)y 6 en Levante (Ansu, Roberto, Lenglet, Piqué, Griezmann, Arthur).
Pero esto no son más que estadísticas. ¿Por qué tantas tarjetas? Muy fácil: por la mala presión y el mal posicionamiento.
Cuando eres pequeño, en el equipo de tu barrio, de tu ciudad, etc… tu entrenador (sabiamente) te dice que en caso de contra o en inferioridad defensiva, falta. En este caso el Barça lo estaría haciendo bien si fuera benjamín, alevín o incluso infantil, pero no lo es, es uno de los mejores equipos del mundo con una de las mejores plantillas del mundo (aunque muchos nos hagan creer lo contrario), y con su estilo de juego característico de juego de posición debería haber asumido hace tiempo la palabra que define el juego: de posición.
Fijémonos en los jugadores con más amarillas en Liga: Piqué con 6, Sergi Roberto con 5 y Busquets con 4; jugadores que son pilares tanto en construcción como sobretodo última o penúltima línea de la defensa. Ellos son la consecuencia de la mala presión de las primeras líneas, pero también son el claro ejemplo de uno de los puntos débiles del Barça en la presión: la gran distancia entre interiores y la defensa (en el fondo, fruto de dicha mala presión). En la siguiente foto se observa en el gol del empate y definitivo 1-1 contra el Slavia que ni la propia cámara capta a los mediocampistas del Barça:
El ejemplo claro es la gran Champions del Barça en 2011 que acabó con la cuarta de la historia del Barça en Wembley. La estadística: menos de una tarjeta amarilla por partido, haciendo en Europa clases magistrales de juego de posición y de la buena presión que esto implica, sin llegar tarde a los balones, como si lo está haciendo este Barça en este inicio de temporada.
Parece una estadística más, pero no lo es, es el reflejo perfecto del juego del Barça (aparte de goles recibidos y marcados y posesión) y también la clave para la mejoría de del conjunto de Valverde en la parte defensiva.
