Erling Braut Haaland está pasando de ser una promesa a una autética superestrella del fútbol. El noruego no para de crecer partido tras partido.
Ya parecía de película su rendimiento con el RB Salzburg, donde nos dejó 28 goles en 22 partidos. Algunos se atrevían a comparar al joven noruego con el mismisimo Zlatan Ibrahimovic, mientras otros despreciaban sus números al tratarse de una liga menor. Después de provocar una guerra entre los grandes transatlánticos europeos, el ariete eligió el Borussia Dortmund, por delante de ofertas de la Premier League.
Lo cierto es que este “gigantón” ya venía despuntando desde un tiempo a esta parte, pues fue capaz de anotarle 9 tantos a Honduras en un encuentro del mundial sub-20. Con tan solo 19 años ya debutó con la selección absoluta de su país. Aunque hay que reconocer que este fue un movimiento estratégico perfectamente trazado por la federación noruega, pues el jugador empezaba a despuntar y la selección inglesa ya comenzaba con sus contactos.
El joven ariete puede jugar con los Three Lions, pues nació en Leeds cuando su padre Alf-Inge Haaland jugaba en la Premier League. Su progenitor al igual que él también destacó en la selección nacional de Noruega.
Después de su rendimiento arrollador con los austriacos, el delantero ya estaba preparado para dar un paso adelante en su carrera. La sorpresa saltó cuando el traspaso se cerró en tan solo 20 millones de €, aunque más tarde se sabrían las cifras oficiales. Fueron 45 millones repartidos de tal forma: 20, en concepto del traspaso; 15, directos para su agente Mino Raiola; y 10 más para el padre del jugador.
Su rendimiento con los bávaros, sencillamente espectacular, 11 goles en tan solo 7 partidos. Dejando ayer 2 para arrollar al PSG en la ida de los octavos de final de Champions League. Dotado de un olfato goleador único, un buen disparo con ambas piernas; sumándolo a sus cualidades atléticas y a su imponente físico (1´94 m y 87 kg); lo convierte en una de las principales piezas a seguir durante la siguiente década.