La irrupción de Mariano en el Real Madrid ha coincidido con el peor momento de forma de Karim Benzema.
Desde la lesión previa a la Supercopa de España Karim Benzema no ha sido el mismo. El instinto goleador que parecía haber desarrollado este delantero tras la marcha de Cristiano parece haberse esfumado de la nada.
Mientras tanto ha habido una vuelta más que inesperada. Mariano Díaz volvía al equipo para disputar sus primeros minutos ante la ausencia del francés en la Supercopa. Las sensaciones que dejaba eran inmejorables y la afición poco a poco fue reclamando su presencia, al menos en las convocatorias. Ya en el Clásico Zidane lo incluyó como revulsivo sorpresa y ya conocemos cómo termina la historia.
Desde entonces Mariano se ha convertido en una alternativa real. Una variante más con la que Zidane puede afrontar el tramo más importante de la temporada. Una vez eliminados de Copa contra la Real Sociedad, al equipo solo le queda competir por el primer puesto en Liga y tratar de remontar contra el Manchester City.
A este equipo le hace falta gol y eso es lo que Zidane ha encontrado en Mariano. También le hace falta entrega y eso es lo que Zidane también ha encontrado en Mariano. Frente a la sangre fría y la clase impoluta de Benzema, Mariano ofrece garra y gol a partes iguales.
En este sentido, el hispano-dominicano ha aparecido en el mejor momento posible. Como ya hemos dicho Benzema no se encuentra en su mejor momento de forma ni goleador. Esto se evidenció en el partido ante el Betis. Contra los verdiblancos el franco-argelino metió de penalti, pero estuvo errático en el pase y en la definición. De hecho, esta falta de acierto fue la que provocó el gol de Tello.
Pese a todo, nunca hay que dar por muerto al «gato». Incluso en sus peores temporadas Benzema ha demostrado ser capaz de resucitar para los partidos importantes. Miremos sin ir más lejos la última Champions del Real Madrid. Ese año solamente pudo embocar 5 goles en Liga, pero apareció en semifinales y la final de Champions de forma decisiva.
El gran damnificado es Jovic, que ha salido del eje mediático y del equipo con la explosión de Mariano. El serbio ha desperdiciado todas y cada una de las oportunidades que le ha brindado su entrenador. Cada vez que marcaba (dos veces en total) el aficionado pensaba: «Ahora ya empezará su racha positiva». Nada más lejos de la realidad. Bien sea por mala suerte, por presión o por falta de confianza o calidad, el serbio no está generando peligro ni goles, cosa que Mariano sí. Además, su sangre fría y seriedad tampoco juegan a su favor frente a una afición que valora la entrega y expresividad de su competidor en el campo.
Así las cosas, a día de hoy la cruda realidad es que el Clásico fue un oasis dentro de la terrorífica dinámica que lleva el equipo (4 puntos en 4 partidos + la derrota en Champions). Unos números que invitan al desaliento, pero que se solventan con goles y para eso ha vuelto el animal, ha vuelto Mariano Díaz.
