Iván Zarandona, centrocampista y hermano de Benjamín Zarandona, mítico jugador del Betis, comenzó su carrera de futbolista a una edad muy temprana.
Con 18 años, Iván debutó en el filial del Mallorca donde jugó hasta el año 2000, ya que se marcharía al eterno rival, al Atlético Baleares. En el equipo balear apenas jugaría un año, antes de regresar al Mallorca, esta vez al primer equipo.
En el Mallorca se mantendría una temporada antes de irse al equipo en el cual su hermano era un fijo: al Real Betis. Tan solo disputó una temporada.
En 2003 se marcharía al Caravaca donde jugó una temporada para recalar más tarde en el Real Valladolid, ciudad en la que nació.
Al año siguiente se marcharía al Rayo Vallecano donde también jugaría una temporada.
En 2006 pasó por tres equipos diferentes, el Zamora, el Real Murcia y Los Palacios, donde se mantendría hasta el 2007. Recaló en Pájara-Playas de Jandía en 2007, sólamente jugó un año en el club canario.
En 2008 recalaría en el CD Leganés. Militaría dos temporadas, siendo internacional absoluto con Guinea Ecuatorial, el primer jugador internacional que militaba con la elástica pepinera. En las dos temporadas que Iván jugó en el equipo del sur de la capital fue un centrocampista que no daba ni un balón por perdido y con buen toque de balón.
Tras su paso por Butarque se marchó a Andalucía, en concreto al Real Jaén donde disputó una temporada antes de marcharse al Lugo.
En 2012, militó en más filas de la SD Noja durante otra temporada. Al año siguiente, se marchó a Hong Kong, donde militó en dos equipos diferentes en la misma temporada. Primero jugó en el Happy Valley para más tarde marcharse al Hong Kong Rangers.
Tras su paso por tierras asiáticas, se quedó sin equipo en la campaña 2014/15. En la 2015/16, ingresaría en las filas del Burgos. Al igual que pasaría en Hong Kong, en 2016/17 militó en dos equipos diferentes, en el Palencia y el Astorga.
Finalmente, acabó su carrera en el CD Tropezón. Iván Zarandona, fue un jugador trotamundos, un jugador que anotó solo 4 goles en su carrera, pero del que se guarda un bonito recuerdo en Butarque
