Llevamos años viendo como los clubes pagan cantidades desorbitadas por jugadores, llegando a cifras absurdas.
El que piense que las consecuencias de este virus se quedan en las demográficas está muy equivocado. Los gobiernos de los países más afectados (léase Italia, España o Francia) han reiterado que esta crisis pasará factura a la economía nacional y mundial. Fútbol incluido.
Lejos de celebrar la situación, esta nos traerá cambios, en principio, positivos al fútbol. Y es que ya no queda nada de los 24 millones que el Barça pagó por Ronaldinho al PSG en 2003 o los 45 ‘kilos’ que desembolsó el Real Madrid por Ronaldo Nazário. Jugadores de talla mundial en su momento, y que actualmente son leyendas, costaron mucho menos juntando sus traspasos que jugadores como Paul Pogba, que llegó a Manchester por más de 105 millones de euros. Sin intención de desprestigiar la gran calidad del francés, sinceramente no hay color.
Y es que ahora se pagan 50 millones (como mínimo) por jugadores jóvenes que despuntan una temporada, incluso en ligas que no son tan grandes o sin estar en la élite aún. Véanse los casos de Rodrygo o Vinícius dirección Madrid, o Joao Félix que por una cláusula de 126M€ llegó al Atleti habiendo despuntado durante media temporada en la liga portuguesa.
Fin del derroche
Pues puede que esta inflación toque fondo al fin de esta pesadilla que actualmente vivimos. El aplazamiento de partidos o incluso competiciones hará perder a los clubes unas indecentes cantidades de dinero, por lo que tendrán que reducir sus gastos si quieren compensar y equilibrar sus carteras. Es más que probable que dejemos de ver a brasileños volar por 222 millones o que no se de la fuga de un francés de su “cárcel de oro” por una cifra récord. Creo que no hace falta decir que me refiero a Neymar Jr. y Mbappé, pero bueno.
Lo que está claro es que los clubes, y el mundo del deporte rey en general, van a tener que afrontar este panorama durante los primeros meses (o incluso años) después de que esto termine. La incógnita es si los clubes mantendrán la línea o volverán a subir las fichas y ofertas por jugadores. ¿Es este el fin del derroche?