Hay muchos defensas con alma de delantero, pero el número uno en esto es Sergio Ramos. Sus goles ya forman parte de la historia del fútbol.
Sergio Ramos lleva años demostrando que es una pieza clave a nivel defensivo en el Real Madrid, pero en ciertos momentos, también ha demostrado tener un don para las jugadas ofensivas, algo que se acentuó en 2014, con los tres goles que valieron una Copa de Europa.
La noche en el Allianz Arena
Era 29 de abril, y el Real Madrid buscaba el pase a la final de la Copa de Europa en el Allianz Arena. Llegaban con una ventaja de un gol en la eliminatoria, porque en la ida Fabio Coentrao había aventajado a los blancos.
En el partido de vuelta, el Bayern de Múnich había salido con todo, atacando y rozando el gol en varias ocasiones, con una presión alta y un juego ofensivo. Llegaba el minuto 15 y, aprovechando un contra ataque, el Real Madrid pisaba área rival y provocaba un corner.
Se colocaba Luka Modric, el habitual lanzador de corner. Colgaba el balón con fuerza y, tras un golpeo seco de Sergio Ramos el balón entraba en la portería. Ese cabezazo significaba el 2-0 en la eliminatoria. Proporcionaba a los blancos un colchón que debería defender el propio Sergio Ramos en la zaga.
Tan solo cuatro minutos después otra llegada del Real Madrid provocaba otro corner. Se preparaba otra vez Luka Modric, se volvían a colocar los jugadores del Real Madrid y del Bayern. Modric la ponía en juego y, tras otro remate seco de Sergio Ramos el balón volvía a la portería. Ramos dejaba al club con una ventaja de tres goles a falta de 70 minutos, se vació defensivamente para garantizar la clasificación de los blancos, que acabarían el partido con un 5-0 en el marcador global.
La final de Lisboa
Comenzaba la final en Lisboa, en la que estaba en juego el trofeo de la UEFA Champions League. Se adelantaba el Atlético de Madrid por un error de Iker Casillas, por lo que el Real Madrid arrastró un resultado negativo todo el partido. El gol de Diego Godín hizo mella en la moral madridista, que decayó hasta que provocaron un saque de esquina en el minuto 93.
Luka Modric colocaba el balón en el corner en el minuto 93. El centro era limpio, buscando de manera clara un remate seco, la especialidad de Ramos. El camero saltaba y ponía el balón en la red con ese golpeo seco que le caracteriza.
El partido finalizó con un 4-1, que sirvió para que levantasen al cielo de Lisboa el trofeo de campeones de Europa. El esfuerzo defensivo que hizo Sergio fue sobrehumano, ayudando en todas las labores defensivas que fueron necesarias, sacando el balón jugado y atacando en múltiples jugadas.
Desde entonces Ramos ha sido clave con sus goles, como en la final de la Champions de 2016 o la Supercopa de Europa de 2017, pero ninguno se asemeja a la hazaña que logró en la fase final de 2014.