Hasta cuatro jugadores de la plantilla del Villarreal fueron convocados con la selección española
La selección española dio un enorme cambio. Desde la marcha de Luis Enrique (por motivos personales y más que justificados) Robert Moreno se hizo cargo de la “antigua” selección. La llamo antigua debido a un motivo claro, y es que, desde que entró Robert España volvió a los buenos resultados. Volvió esa España que tantas ilusiones nos dio, ese recuerdo del Mundial perfecto que los españoles tanto necesitábamos.
También vemos que se retiran leyendas de fútbol cómo en su día se retiraron Iniesta, Puyol, Xavi, David Villa, y muchos otros grandes futbolistas que nos dieron numerosas alegrías. Sin embargo, la fábrica española se caracteriza por sus grandes jugadores y sabemos que habrá nivel de sobra para poder suplir a estas leyendas.
La primera táctica con la que empezó Robert fue cambiar la plantilla, pues se dio cuenta que a veces los equipos grandes no tienen los jugadores que le hacen falta a la selección. Con equipos grandes me refiero al Barcelona, Madrid y Atlético, ya que son los equipos que siempre han destacado por tener jugadores protagonistas en la convocatoria internacional.
La gran novedad fue el Villarreal CF
El seleccionador catalán confió hasta en cuatro jugadores del club amarillo (Gerard Moreno, Santi Cazorla, Raúl Albiol y Pau Torres), sumándose el mismo número que el Real Madrid, el Barcelona y el Atlético de Madrid juntos. Esto dijo mucho de la personalidad y valentía de Robert, el cuál sabiendo que era un riesgo, optó por esta decisión y si resaltamos los dos últimos partidos de clasificatoria hacia la Eurocopa, podemos observar que España volvió a rendir como necesitaba, con un 7-0 y un 5-0 respectivamente.
España dejó su portería a cero y ganó por goleada, enmarcando los grandes partidos de los jugadores del Villarreal. Otra vez vemos como el que no arriesga no gana, y aunque Robert Moreno dejó su puesto a Luis Enrique como prometió, es innegable que ha sido un claro ejemplo de buen entrenador. Si Luis Enrique confía como confiaba Robert, esta nueva España puede llegar muy lejos.