Una carta al deporte rey en estos días en los que no podemos disfrutarlo
Querido fútbol, hoy te escribo porque ya ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que te vi. Todos ardemos de ganas por verte. Por eso debemos seguir luchando todos juntos para ganar la batalla frente a este dichoso virus. Un virus que nos ha privado de muchas cosas, pero hoy me quiero centrar en solo una de ellas, me quiero centrar en ti.
Es bonito echar la vista atrás para ver todo lo que has hecho en tus más de 150 años de vida. Es bonito, pero “obligado”, ya que lo hago por frenar las ganas que tengo de volver a verte. Durante todo este tiempo sin ti, me he emocionado otra vez viendo el gol de Iniesta en Sudáfrica, me he maravillado volviendo a ver el juego del Barça de Guardiola y me he quedado con la boca abierta viendo al Madrid de los Galácticos.
El madridista vuelve a tener los pelos de punta al ver el gol de Ramos en Lisboa. Así como el culé, cuando ve el gol de Iniesta en Stamford Bridge. Al igual que el colchonero, cuando ve de nuevo jugar al niño Torres. No me olvido del aficionado de ese equipo humilde, que vuelve a tener los pelos de punta recordando ascensos y goles que valen una permanencia.
Es apasionante ver partidos de la Naranja Mecánica, del Barça del sextete, del Madrid de Zidane, del Milan de Sacchi, del Inter de Mourinho, de la España del tiki taka, de Messi, de Cristiano, de Maradona. Son leyendas que ya están escritas, pero necesito que crees nuevas historias, nuevos campeones. Quiero ver como un genio llamado José Bordalás sigue haciendo magia con el Getafe. Quiero ver como ese equipo del barrio obrero de Vallecas vuelve a Primera para verle caminar de nuevo entre gigantes. Quiero volver a disfrutar de Messi, de Oblak, de Salah, de Lewandowski, de Cristiano. Quiero volver a vivir. Porque sí, el fútbol es la vida.
Sin embargo, ahora debemos ser pacientes, todo esto pasará. Luchando todos juntos conseguiremos volver a vivir. Volveré a llorar por los triunfos y por las derrotas, por los ascensos y los descensos. Volveré a jugar y volveré a tener esa sensación que surge cuando la pegas y sabes que va dentro, esa sensación de darlo todo en cada jugada, esa sensación de ganar un balón dividido, esa sensación de marcar gol o de salvar un tanto rival en la línea.
Volveré a vivir, todos volveremos a vivir.