Valentino Mazzola fue el jugador más destacado del ‘Grande Torino’, que cortó sus historia en el accidente de Superga y del que se cumplen hoy 71 años
Todo aficionado al fútbol italiano que se precie ha debido escuchar la historia de ‘Il Grande Torino’. Fue el primero de los grandes equipos italianos, el pionero de una cultura llamada Calcio, y el que siempre será recordado por solamente ser superado por un accidente aéreo.
El Torino fue un equipo que empezó a destacar en 1939, cuando Ferruccio Novo llegó a la presidencia del club. Su leyenda se forjó después de la Segunda Guerra Mundial, cuando ganaron hasta 5 Scudettos consecutivos, con un dominio incontestable en Italia y en Europa, donde ya empezaban a maravillar. Pero entre todo aquel plantel, un hombre destacaba: Valentino Mazzola.
Si todo aquello no hubiese ocurrido, si ese vuelo hubiese aterrizado en el aeropuerto y no en las piedras de la Basílica de Superga, quizás Valentino Mazzola estuviese en nuestras bocas cuando hablásemos de los mejores jugadores de la historia. Quizás estuviera a la altura de Pelé, Maradona, Ronaldo, Messi… pero eso nunca se sabrá.
De la Regia Marina a la gloria en el césped
Mazzola comenzó su carrera en la Serie A en Venecia, cuando durante su servicio militar en 1939 un oficial le consiguió una prueba con el club de la ciudad de las góndolas. Lo curioso de aquella prueba fue que se presentó sin sus botas. No quería destrozarlas, y a pesar de presentarse descalzo, maravilló a los entrenadores con su magnífica técnica. En Venecia formó una gran sociedad con Ezio Loik, un habilidoso extremo. Ambos fueron fichados por el Torino después de deslumbrar en un partido ante el propio ‘Toro’. Al finalizar los 90 minutos Novo bajó al vestuario, donde compró a ambos jugadores por 1.200.000 liras.
En Turín forjó su legado. Actuaba en la posición de interior, así como de delantero en ocasiones, y se caracterizaba por ser un excelente creador de juego, además de muy llegador. Presentaba una inmensa calidad, y fue el máximo anotador del equipo durante varios años, llegando a ser capocannoniere del Calcio en la 46/47, habiendo anotado 29 goles. Fue el mayor argumento de un Torino dominante en Italia, con un incontestable reinado hasta la tragedia.
Lo peor de todo es que al menos su muerte fue evitable. El equipo volvía de jugar un partido amistoso en Lisboa ante el Benfica, un encuentro que sirvió de despedida para el icónico jugador luso ‘Xico’ Ferreira. Fue entonces cuando la niebla propició el impacto contra la Basílica de Superga. Mazzola debería haberse quedado en Turín a causa de una faringitis, pero su entrenador le pidió que acudiera al partido. Fue un favor que no pudo devolverle.
La época que no marcó…
La de Mazzola fue una de las 31 muertes que se registraron aquel día, entre las que se encontraban 18 jugadores del primer equipo además de entrenadores, periodistas… Superga marcó un antes y un después en la historia del Torino, poniendo fin a la etapa del ‘Grande’ y dando paso a una hegemonía de color blanco en Europa.
Mazzola era un jugador ágil, con un ritmo dominante y al que nadie se asemejaba. Contaba con una polivalencia poco común hasta entonces, por lo que era considerado como el mejor de aquella época con diferencia. Fue, probablemente, el mejor jugador que pisó un terreno de juego en la primera mitad del siglo XX, y pudo ser el encargado de hacer de ese Torino el mejor equipo de Europa. Pero eso nunca lo sabremos.