Desde la fatal noche de Liverpool, la etapa de Ivan Rakitic en Barcelona parece sentenciada. El croata, de 32 años, deberá buscarse una salida para disfrutar de unos minutos que en Barcelona sabe que no dispone.
Durante el último lustro, Ivan Rakitic ha sido pieza fundamental de los éxitos del FC Barcelona, llegando a estar valorado por debajo de los méritos que mostraba sobre el verde. El croata llegó del Sevilla para aportar una bocanada de aire fresco a la medular culé, que veía como el trío Busquets-Iniesta-Xavi agonizaba y se encontraba en sus últimos estertores de fútbol. Dicho y hecho, el “4” se hizo con un hueco en el 11 de Luis Enrique nada más llegar gracias, sobre todo, a su capacidad para llegar desde segunda línea al área y remangarse las mangas. Esto último, no se le acostumbraba a ver cuando jugaba en Nervión.
Los años fueron pasando y Rakitic parecía inamovible. Denis Suárez, Andre Gómes, Rafinha, Arda Turan, Paulinho… Son innumerables los casos de mediocentros que pasaron por Can Barça sin pena ni gloria en su afán de destronar al croata. El resultado siempre fue el mismo, acabaron haciendo las maletas. Tras un Mundial acabado en final, con una noche histórica para Croacia, quedando subcampeón, tocaba recargar pilas y volver a Barcelona. A su vuelta a España, se percató de que el club había hecho los deberes. Dos nuevas incorporaciones que llegaban con la intención de tirar la puerta abajo y sentar al croata. Estos eran un “perro viejo”, como Arturo Vidal y una apuesta de presente y futuro como Arthur.
El balcánico se aferró a su puesto y, haciendo gala de sus galones, consiguió mantenerlo, convirtiéndose en el segundo jugador de campo con más minutos por detrás del de siempre, Lionel Messi. Este exceso de minutos no es óbice para eludir las críticas. Meses atrás, alrededor de Rakitic, ya sobrevolaba un aura de desaprobación con su juego, pero tras el desastre de la noche en Liverpool la persecución hacia él se enfervorizó. Su adiós a la Liga Española parecía de sota, caballo y rey pero decidió prolongar su vínculo con los azulgranas.
Dosis de banquillo
Esta última campaña se la ha pasado, en gran medida, viendo los toros desde la barrera. Sin embargo, cuando ha tenido la oportunidad de saltar al campo no ha conseguido reivindicarse para acallar las críticas. Su situación, ahora parece de no retorno, haga lo que haga será mal visto por cierto sector de la ‘culerada’, y si quiere agotar los últimos cartuchos de fútbol que tenga en sus botas, la decisión más cabal aparenta ser la de embarcarse en una nueva aventura.