Ibagaza es uno de los mejores jugadores que han pasado por Mallorca, y ha dejado un gran recuerdo en los aficionados del club
El RCD Mallorca es uno de los grandes equipos de la historia de Primera División. Por el equipo balear han pasado jugadores con mucho talento, e incluso jugadores que años más tarde brillarían a nivel mundial como Samuel Eto’o. Sin embargo, uno de los que más destaca por su constancia y buen rendimiento individual es Ibagaza, jugador argentino que llegó a Mallorca procedente de Lanús en la temporada 1998/1999. Lo suyo fue llegar y besar el santo.
Desde un primer momento, el argentino demuestra su calidad individual, y se hace con un puesto en el once inicial del equipo balear. En su primera temporada, Ibagaza jugó un total de 26 partidos, en los que anotó la cifra de cinco goles en liga, y uno en la Recopa de Europa, cifras muy altas para un recién llegado a Europa. A priori, suele costar mucho adaptarse al fútbol europeo a aquellos jugadores que vienen de Sudamérica, pero la adaptación de Ibagaza fue rápida y muy buena.
Rendimiento inmediato
Lo de Ibagaza, sin embargo, no fue cosa de una temporada y es que año tras año su nivel iba aumentando progresivamente. Alcanzó tal nivel que en la temporada 2000/2001 anotó un total de diez goles en liga jugando como centrocampista y como interior zurdo. Alcanzaba así su máximo nivel, el cual fue muy útil para ayudar al Mallorca a vivir una de las mejores etapas de su historia, etapa en la que se proclamó campeón de la Copa del Rey por primera vez en su carrera.
Así pues, tras cinco años a gran nivel, el argentino ponía fin a su primera etapa en el Mallorca y fichaba por el Atlético de Madrid en 2003 tras haber equipos de todo el continente interesados por el genio argentino. En Madrid, su rendimiento también fue alto aunque no al nivel de las temporadas en el Mallorca. En tres años jugó un total de 107 encuentros, en los cuales se esperaba un nivel más alto.
Vuelta a casa
Es así como el medio centro argentino decide volver al lugar en el que fue tan querido y donde demostró tener calidad de sobra para brillar entre los grandes: Mallorca. En esta segunda etapa jugaría 68 partidos en dos años, y en su último año llegó a anotar siete goles en toda la temporada. Su segunda etapa no fue tan larga como la primera, pues en 2008 acabó uniéndose al Villarreal, equipo en el que jugó dos años.
En Villarreal acabaría su gran etapa en la liga española, y al final de su carrera pasó por equipos como el Olympiacos o Panionios, equipos en los que su nivel fue decreciendo hasta el punto de retirarse en 2015 jugando en la liga griega, poniendo así final a una carrera de éxitos que hace que se le considere uno de los mejores jugadores de la historia del RCD Mallorca.
