Arrigo Sacchi fue la persona a la que rescató al AC Milan tras una etapa bochornosa para los rossoneros
El técnico italiano llegó en la peor etapa en la historia del club, cuando fueron relegados a la Serie B por temas antideportivos, conflictos con apuestas ilegales y amaños de partidos. La temporada 80/81 ascendieron a la Serie A, pero volvieron a descender por méritos deportivos.
El actual presidente decidió dimitir de sus cargos, y Berlusconi, empresario italiano, compró acciones del club italiano y se proclamó presidente del AC Milan. Al año siguiente decidió dar su confianza a Arrigo Sacchi, un nuevo entrenador que había debutado en la profesión con el Rimini Calcio.
Calidad a golpe de talonario
El presidente Berlusconi pensó en rodear la plantilla de estrellas, y realizó los fichajes de los internacionales holandeses Marco Van Basten y Ruud Gullit, siendo este último el vigente ganador del Balón de Oro. La temporada prometía ser excelente tras la victoria por 1-4 al Napoles de Maradona, y como era esperado por los tifosi, llegaron líderes a la última jornada para proclamarse campeones de la Serie A.
La táctica como pilar fundamental del AC Milan
Tras el afán de Berlusconi por reinar en Europa, vuelve a sacar la billetera con la intención de fichar a otro internacional holandés, Frank Rijkaard. La plantilla estaba preparada para luchar por la Copa de Europa, Arrigo Sacchi había formado un equipo que jugaba de memoria con unas tácticas muy efectivas pero desconocidas hasta el momento.
Los conceptos de Sacchi fueron toda una revolución en el mundo del fútbol, como la presión constante, el marcaje en zona, o la gran táctica del fuera de juego. El defensor milanés Franco Baresi era el encargado de ordenar las líneas defensivas junto a Maldini, Tassotti y Costacurta. La denominada táctica del fuera de juego era un rompecabezas para las delanteras rivales, ya que al adelantarse la línea defensiva a los delanteros, tendrían un 99% de posibilidades de perder el balón,
Es por esto que la International Board tomó la decisión de rehacer la norma del offside, a partir de entonces cuando un jugador se mantuviese en línea con la defensa no se consideraría fuera de juego.
La consagración de un mito
Pronto llegarían las grandes citas en las que el Milan tendría que demostrar el gran fútbol que poseía y hacerse un nombre en el fútbol europeo. El primer combate de este nivel fue contra el Real Madrid en la semifinal de Champions de 1989, donde tras un empate a uno en el Bernabeu, el conjunto italiano arroyó a los blancos en la vuelta con un contundente 5-0.
Tras tal humillación en semifinales, golearon al Steaua de Bucarest en la final con un 4-0. 20 años después, el AC Milan volvía a ganar una Copa de Europa.
En la temporada 89/90 el club italiano seguía sumando logros internacionales la Supercopa de Europa, la Copa Intercontinental, y por segunda vez consecutiva la Copa de Europa frente al Benfica.
Tras esos gigantescos logros, iniciaron la temporada 90/91 ganando de nuevo la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental. Pero en cuartos de final de Champions, se median al Olympique de Marsella, y tras un 1-1 en la ida, el Milan necesitaba remontar en tierras francesas. El Olympique ganaba 1-0 en el minuto 87, pero el Velodrome sufrió un apagón que terminaría con la suspensión del encuentro y la eliminación de los rossoneros.
Esa fue la noche en la que acabaría la etapa de Arrigo Sacchi en el AC Milan.
El mejor equipo de la historia
Un día Arrigo Sacchi contó que su jugador Marco Van Basten le preguntó: ¿Porqué a los demás equipos les basta con ganar, y el Milan tiene que ganar con grandeza?
En 2007, cuando la revista World Soccer eligió al Milan de Sacchi como el mejor equipo de la historia, Van Basten llamó a su antiguo entrenador para decirle “Míster, ya lo he entendido”.
