El deporte rey no siempre es justo, influyendo demasiado en la vida de algunas personas
Todos vemos la parte llamativa del fútbol, la sonrisa de los jugadores y esas discusiones en el terreno de juego que se resuelven tras el pitido final. Vemos la alegría de los goles, la celebración de los títulos y el rugido animado de las gradas, pero no vemos la otra cara. Pocos se quedan con la decepción del vestuario, el respeto del árbitro al saltar al campo, la presión que se sufre desde el debut en las categorías inferiores, el miedo.
Por eso, pocos vieron en Abdón Porte el miedo real a la vida, a abandonar aquello que amaba. El uruguayo había jugado siete años en el Club Nacional de Montevideo, desde 1911 hasta 1918. Jugó 200 partidos en siete años como titular, logrando portar el brazalete de capitán. El problema fue que, cuando solo tenía 24 años, la comisión directiva se hizo con un nuevo jugador en su posición y relegó a Abdón al banquillo. Esto fue el detonante para acabar con su vida.
Abdón acababa de casarse, además, tenía suficiente dinero para vivir varios años sin demasiados problemas, aunque su verdadero sueño era jugar siempre en Nacional. Esa temporada como suplente fue suficiente para afectar a su salud mental hasta el punto de quitarse la vida. Lo hizo con una pistola, en aquel momento era relativamente fácil conseguir una en el país latino. Su cuerpo cayó en el centro del campo ‘Estadio Parque Central’. “Nacional aunque en polvo convertido y en polvo siempre amante. No olvidaré ni un instante lo mucho que te he querido. Adiós para siempre”; dejó esa frase como recuerdo de porqué lo había hecho, dedicando sus últimas líneas al amor de su vida.
Justin Fashanu
Con solo 17 años, el inglés Justin Fashanu debutó en el Norwich, destacando muy joven. Se hizo con la titularidad y llamó la atención de varios clubes de primer nivel europeo. En 1981, el Nottingham Forest de Brian Clough se hizo con sus servicios por un millón de libras (en aquel momento una cantidad muy alta). En los periódicos, se le vendió como el primer jugador inglés negro.
Como la mayoría de jugadores jóvenes, Fashanu tenía una vida social activa, aunque a diferencia de otros, esto no le afectaba en el campo, donde seguía rindiendo a un gran nivel. El problema, como detalló Brian Clough en su autobiografía, fue una conversación entre ambos que comenzó la caída en la carrera de Justin: “¿A dónde vas si quieres comprar pan” – Le preguntó Clough. “A la panadería” – le respondió Justin. “¿Entonces porque sigues yendo a un club de “maricones”?”. En aquel momento, se cerró la salida de Fashanu del club.
Los rumores llegaron a la prensa y Fashanu iba de club en club, aunque no duraba más de un año, los clubes le vendían por presión de los aficionados, aunque hasta que afrontó su primera lesión, el rendimiento de Justin seguía siendo bueno. Tras ello se marchó a Estados Unidos y volvió al fútbol inglés, jugando entre otros en el Manchester City.
Ya en 1990 confesó públicamente su sexualidad, por la presión de ciertos medios británicos, que amenazaron al jugador. Siguió con su carrera futbolística, aunque ningún club le ofrecía un contrato. No fue hasta 1991 que el Torquay United se hizo con él, aunque estuvo poco tiempo como jugador. Decidió retirarse y se unió al equipo técnico, en el que estuvo hasta 1993, cuando llegó como entrenador Neil Warnock.
Hasta 1998, siguió sin asentarse en ningún club, para retirarse definitivamente en Estados Unidos. El mismo año, tras una acusación de la justicia estadounidense, se quitó la vida en Inglaterra.
Obviamente el fútbol da buenos momentos, pero no hay olvidar que lo juegan personas, son los mismos que salen al campo y luego tienen una vida. Actualmente, es más común que se vea a los futbolistas como lo que son fuera del campo, pero no hay que olvidar lo que ocurría en el pasado para ver que hay que pensar siempre en la otra cara del deporte.