En la última década, el Valencia ha sido reconocido a nivel estatal por su inestabilidad, no obstante, con Marcelino habían conseguido obtener una cierta tranquilidad, tanto a nivel de club como a nivel competitivo
Sin embargo, en los últimos meses, el equipo de la ciudad del Turia ha perdido un proyecto deportivo ilusionante, y han vuelto a las andadas de la irregularidad y “guerras civiles” internas. Explotando todo en la última semana en el Valencia.
¿Cuándo comenzó todo esto?
Como tal, no se puede decir que haya un comienzo exacto. Aunque, presumiblemente, el principal detonante de la situación fue hace casi un año. El verano de 2019 fue muy movidito en las oficinas del Valencia. De hecho, ahí tuvo lugar la primera y más grande grieta de un sólido proyecto de equipo. La fractura entre Mateu Alemany, Pablo Longoria y Marcelino García Toral era evidente. Todo esto incrementado por los rumores de salida de Rodrigo.
Dicha situación finalizó con la salida de Marcelino y los dos responsables de los fichajes del Valencia. Quedando al cargo de todo esto Anil Murthy, presidente de la entidad valencianista. Realizando “obras de arte” con los fichajes, como es el caso de Thierry Correia, nótese la ironía.
Ilusión e inquietud
A lo largo del curso futbolero, se intentó solucionar un poco la papeleta y se fichó a un nuevo director deportivo, César Sánchez y un encargado de jóvenes talentos, Miguel Ángel Corona. No obstante tan solo fue un parche para tapar la retahíla de acciones vejatorias del presidente del Valencia a la afición.
En cambio, a finales del año 2019, el Valencia obtenía el pase a los octavos de final de la UEFA Champions League. Además, lo hicieron como primeros de grupo y con un juego que dejaba lugar a la ilusión. Celades consiguió un hito histórico para el Valencia, que tras muchos años sin conseguirlo, llegaba a dicha ronda de la competición.
Un año futbolero igual a la realidad
Todos estaremos de acuerdo en que el año 2020 no está siendo el mejor. Pues esto se ve reflejado en el Valencia a las mil maravillas. En enero comenzaron a dejar las primeras dudas con respecto al juego, clasificando a la siguiente ronda de la Copa del Rey, en los penaltis ante la Cultural y Deportiva Leonesa. En la competición en la que son vigentes campeones, tenían puestas muchas esperanzas. Esto era debido a que sería precioso para los aficionados revalidar título. Pero, en los cuartos de final llegó el primer gran descalabró en los terrenos de juego. El Granada eliminó al Valencia ante un horrible juego de los de Celades.
Pero la cosa no queda ahí. Justo antes del parón con motivo de la Pandemia del Coronavirus, fueron eliminados, de forma muy estrepitosa en Champions League. Cuyo verdugo fue el Atalanta de Bérgamo. El equipo italiano les anotó ocho goles en la eliminatoria. De esta, Mouctar Diakhaby salió muy damnificado, al ser el culpable de varios de los goles que el equipo encaja.
Bomba a nivel institucional
En mitad de una crisis sanitaria a nivel mundial, el Valencia decide, prácticamente, inmolarse. Desde el club comienzan a filtrar cierta información que denigra la figura de Ezequiel Garay. Estas supuestas filtraciones producen en enfado, y con motivo, del central argentino del Valencia. Por ello, Garay decide mostrar toda la verdad y comenzar a sacar a la luz algunos trapos sucios de la directiva del club. Varios de los pesos pesados del Valencia se postularon de parte del argentino lo que produjo un gran revuelto en el entorno de la entidad blanquinegra.
No obstante, cuando todo parecía que se calmaba, se reanudó la competición y, con ello los problemas. El primero de los embolados que ha tenido que lidiar ha sido la situación de Diakhaby, cuestionado por su rendimiento y puesto en evidencia por su entrenador, Albert Celades. De hecho, en los últimos días ha salido la información de que el propio cuerpo técnico estaba filtrando información con tal de dañar al jugador. Esto no sentó nada bien a los jugadores y empezaron a enfrentarse al técnico andorrano.
La siguiente problemática fue el tema del VAR y su enésimo fallo en contra del Valencia. Hecho que cabreó tanto a jugadores como al equipo, pues hubieron declaraciones por parte de Rodrigo Moreno y un comunicado del Valencia al respecto.
Pero, dejando de lado este tema, la gota que ha hecho colmar el vaso y la paciencia, han sido los malos resultados y mal juego del equipo. De hecho, Celades ha llegado a presentar su dimisión porque no aguantaba más a sus jugadores. Esto, según apunta Héctor Gómez, ha sido producido por enfrentamientos con Maxi Gómez, Rubén Sobrino y Gonçalo Guedes. Teniendo que llegar a mediar en el conflicto los capitanes y César Sánchez.
Las sorpresas no dejaban de llegar. Kondogbia parecía haberse declarado en rebeldía por el horripilante juego mostrado por el Valencia. Y Coquelin llegó a coger del cuello al anterior médico del club por un diagnóstico erróneo, información que aún está por contrastar. Mientras tanto, Lay Hoon, anterior presidenta del Valencia aprovechaba para llamar déspota y traidor a Anil Murthy. Y, precisamente, del mandatario, se ha especulado que podía tener los meses contados en el Valencia, al igual que Celades, pues ya han preguntado a Voro y a Chema Sanz si querrían hacerse cargo del primer equipo hasta final de temporada.
Todo un idílico panorama en el club che. Fantasía pura para el espectador neutral. Una pesadilla eterna para el aficionado de bien del Valencia. Tan solo la resiliencia hará salir de esta al centenario club. Aguantar a una gestión nefasta por parte de unos ineptos que manchan de forma asidua la historia blanquinegra.
