En 2014 la España decadente de Del Bosque se vio sometida a la venganza servida en plato frío de los Países Bajos
Todos recuerdan la España de Del Bosque como la ganadora del mundial. La selección que consiguió ganar un doblete. Con un entrenador que supo seguir el legado ganador de Luis Aragonés. Pero como todo cuento, esta historia tiene un final.
Los jugadores envejecen y todas las selecciones se renuevan. Las plantillas cambian y los jóvenes se comen a los adultos. Eso no pasó en España y se empezó a ver tras el mundial. La decadencia era notoria y aunque lentamente el fin de la selección española estaba por llegar.
En la Eurocopa de 2012 ya se notaba la bajada de nivel. Los jugadores ya no estaban en el cenit de sus carreras aunque seguían manteniendo la calidad y el buen juego, no era lo mismo. Aun así, consiguieron ganar la Eurocopa aunque con marcadores muy ajustados y llevando la tensión y los nervios al límite.
La etapa de Del Bosque tenía que finalizar, pero no terminó y llegó la crisis. El boom que tenía que determinar la sentencia de un gran entrenador que ya había tocado el techo. No había opción casi ninguna de que no pasase y al final ocurrió.
Llegó el mundial de 2014. Un mundial a olvidar y a su vez a recordar. A olvidar porque fue horroroso y a recordar porque es necesario para que no vuelva a suceder. Llegó el 13 de junio de 2014 y España estaba feliz por volver a ver a los suyos. El problema fue que vieron la peor cara. La selección neerlandesa se tomó su particular venganza ante los defensores del título.
Un partido que supuso la humillación. Un juego terrible. A pesar de empezar ganando con un gol de Xabi Alonso de penalti, los neerlandeses hicieron lo que quisieron con sus juguetes en la hora del recreo.
Desde el primer gol de Van Persie, pasando por De Vrij, hasta el último de Robben, un recital con olor a Países Bajos. Dejando para la historia el gol de cabeza de Van Persie. A consiguiente, la selección española estaba obligada a vencer a sus dos próximos rivales pero no fue capaz. Un desastre (1-5) que condicionó el resto de partidos de la selección española.
Esto tuvo que suponer el fin de una etapa, pero no lo fue y continuó a pesar de la humillación que supuso la derrota contra Países Bajos. Duró más de lo que tuvo que durar, Del Bosque, un gran entrenador que dejó hundir el barco.