El Madrigal, hoy conocido como “Estadio de La Cerámica”, fue inaugurado el 17 de junio de 1923. A lo largo de sus 96 años de historia ha atravesado todo tipo de reformas y en él se han vivido grandes noches de fútbol.
Fue, como he comentado, en el verano de 1923 cuando se inauguró el estadio de los ‘groguets’. Su primer nombre fue “Campo del Villarreal”, el cual cambiaría a “El Madrigal” en 1925 debido a que estaba localizado en la partida del término municipal con ese nombre.
Por esos años, el campo a penas tenía una capacidad de 3000 espectadores. Tampoco hacía falta más ya que Vila-real no era un pueblo demasiado grande y el club competía en Preferente. Con motivo de su inauguración, se jugaron dos partidos. Uno contra el CD Castellón y otro frente a la SD Cervantes FC.
Su localización era bastante buena ya que había poca construcción en esa zona. En 1944 el campo se convierte en municipal ya que el ayuntamiento compra el terreno. Poco a poco, este se fue ampliando con la ayuda de la gente para alcanzar las exigencias de la Federación. Con esto, a principios de los 50, el campo pasaría de tener una superficie de 95 x 65 a 105 x 65.
Ya en los 60′ y con el ascenso a Tercera y más tarde a Segunda División, el estadio necesitaba una ampliación. Se construyó una tribuna, por lo que la capacidad aumentó a 4500 espectadores.
El equipo continuaba peleando por asentarse en la categoría de plata del fútbol español e iba ganando popularidad, por lo que El Madrigal se llenaba hasta el último hueco. Con el paso de los años, el club y el ayuntamiento afrontaron los problemas y necesidades del campo y siguieron ampliando el aforo construyendo un nuevo fondo, remodelando la tribuna y añadiendo iluminación.
A finales de los 90′, El Madrigal contaría con 10000 asientos y un campo ya en condiciones. Y si, ahora digo asientos porque no fue hasta el 1996 cuando se intrujeron en todo el estadio. Hasta ese momento solo la tribuna contaba con ellos.
Con la llegada del siglo XXI, de Fernando Roig y el ascenso a Primera División, las cosas mejorarían mucho. Al ver que en cada partido el campo se llenaba, se volverían a hacer reformas. El Madrigal alcanzó los 17000 asientos. Pero los planes de Roig todavía no habían concluido.
Poco a poco se fue ampliando el tamaño tanto del fondo sur como de la tribuna. Y, finalmente, en el 2001 se iniciaron las obras de ampliación del fondo norte y de la preferencia, ya que (sobretodo esta última) se habían quedado muy pequeñas. Con esto, los objetivos se cumplieron y El Madrigal logró una capacidad de 23000 espectadores.
En estos últimos años aún se han tenido que hacer remodelaciones, pero a causa de las exigencias de la UEFA al jugar en el 2005 Champions League y más tarde Europa League. En principio, después de las últimas reformas, el estadio cuenta con 21700 asientos más 3000-4000 asientos en la grada visitante. El propio Fernando Roig confirmó que hay 25289 localidades.
Sin duda, en el estadio del Villarreal se han vivido grandes partidos y por él han pasado jugadores de leyenda. Quiero destacar la semifinal de Champions League de 2006 ante el Arsenal y la semifinal de Europa League de 2016 contra el Liverpool, que, a pesar de no acabar bien, fueron dos noches históricas.
Asimismo, hay que añadir la ‘modernización’ de la fachada del estadio y su cambio de nombre. A Roig le gustará el Villarreal, habrá sufrido en los malos momentos y habrá disfrutado cual niño comiendo una piruleta en los buenos, pero dejando eso de lado, las intenciones del presidente amarillo (como ya expliqué en mi artículo sobre él) son en gran parte comerciales.
Sabiendo que no iba a construir un estadio nuevo, el señor Roig tiró de su empresa azulejera para contentar a la afición y de paso promocionar sus negocios mediante una reforma. El 8 de enero de 2017, el Villarreal hace oficial el cambio de nombre del estadio que pasaría a llamarse “Estadio de La Cerámica”.
Además, a partir de ese momento inicia unas obras con el objetivo de cubrir con sus azulejos todo lo que sea posible. Aunque esto en realidad no se ha cumplido. Se construyó una plaza en frente del fondo sur para que el acceso al campo fuera más fácil. En realidad, lo que quería Roig es dejar bonita y amplia esa zona para después cubrir toda la fachada de ese fondo sur y que se pudiera ver bien. Eso, sin duda, quedó perfecto. Pero claro, ahí se quedó la cosa, porque el resto del estadio lo han dejado ‘abandonado’.
Como digo, Roig aprovechó esto para promocionar sus negocios y que sus amigos azulejeros estuvieran contentos. ¿Como? Muy sencillo. A parte de la reforma que he comentado, en dicha fachada puso bien grande los nombres de los patrocinadores y, evidentemente, de su empresa. Si es que al final no hace falta que vengan chinos a comprar los clubes.
Para acabar este comentario personal, no quiero olvidarme de la posición del estadio. Al principio del artículo menciono la buena posición del campo en esos años. Pero claro, eso dejó de ser así con la expansión del pueblo.
En estos momentos el Estadio de La Cerámica está en mitad de Vila-real acorralado por casas de todo tipo, que, literalmente, están pegadas al campo. Mirando esta última foto, creo que no hace falta comentar que llegar hasta allí un día de partido es toda una aventura para los que no viven en el pueblo, y bueno, cuando toca salir la cosa se pone todavía más divertida.
Quizás en vez de tanto azulejo se podría ir pensando en un fututo cambio de localización, aunque si que es verdad que eso ya sería un difícil e importante esfuerzo económico por parte de Fernando Roig.