Desde que Griezmann saliese el pasado verano, principalmente por el sustituto que se le encontró, Joao Félix, no se comparó el rendimiento del Atlético con y sin el francés.
Antoine llegó al club en 2014 y en verano de 2018 estuvo muy cerca de salir, cuando hasta confirmó públicamente que iba a realizar un documental en el que diese la respuesta a la pregunta: sí, se quedaba en el club. Aquella temporada no fue tan buena, pues Grizzou no estaba concentrado en dar tan buen nivel, sino que pensaba en aquellos 20 millones que recibiría en una temporada en la que no dio un buen nivel.
Si comparamos el nivel de la pasada temporada y esta, vemos que no hay tanta diferencia. Sin embargo, la diferencia es que, con la salida de este, principalmente con el presupuesto salarial que se recupera, se han podido sustituir a tres jugadores muy importantes en defensa que se marcharon gratis: Godín, Juanfran y Filipe Luis.
Joao Félix ha dado un buen nivel, aunque comparar a un jugador de 28 años con uno de 20, deja claro que el Atlético ha cambiado su proyecto.
Anteriormente, con Griezmann, la intención era simplemente hacer un proyecto basado en él. Sin embargo, con el portugués, se busca mejorar al club colchonero, como club de fútbol y proyecto económico.
La clara consecuencia de esto, es que si hay un fracaso deportivo, como la pasada temporada, no será un fin de proyecto, sino que será la oportunidad de dar continuidad a este con unos jugadores más maduros y preparados, pues no hay que olvidar que con la salida de un jugador experimentado, llegan jugadores que nunca habían jugado antes competición europea o no habían formado parte de grandes clubes.
Lo que sacamos en claro de todo lo ocurrido es eso, que el Atlético ha cambiado, y, en un futuro, si al Atlético le va bien, uno de los grandes culpables (a bien), será Griezmann, tanto por su llegada como por su salida.