El Ajax ganó su cuarta, y hasta el momento última, UEFA Champions League de la mano de una generación única, propia de la fábrica de talentos holandesa, en la temporada 1994/1995.
En la temporada 2018/2019 el mundo entero vio cómo el Ajax daba la campanada en la competición europea, hasta el punto de eliminar a Real Madrid (tras una gran remontada, ganando 1-4 en el Santiago Bernabéu) y Juventus (también lejos de casa, por 1-2) para luego ser remontados por el Tottenham Hotspur en su estadio. Lo que poca gente recuerda es el origen del que el club holandés puede presumir, ya que cuenta con 4 Copas de Europa, tres de ellas seguidas entre los años 1971-1973.
Louis Van Gaal, mítico entrenador tulipán, era quien dirigía al primer equipo en aquel entonces, y contaba con una generación de jugadores que probablemente no vuelva a verse por Ámsterdam. Si bien el año pasado podíamos ver a De Jong (ahora jugador del FC Barcelona), De Ligt (nueva defensa de la Juve), Tadic, Van de Beek o Ziyech maravillar a Europa, en 1994 el Ajax contaba con jugadores como los hermanos De Boer, Litmanen, Kluivert, Van der Sar o Seedorf, jugadores que marcarían una época en sus próximos destinos y en el propio club, convirtiéndose en iconos del fútbol
Van Gaal salía de inicio de la siguiente manera: Edwin Van der Sar ocupaba el arco; Danny Blind y Frank Rijkaard eran los zagueros centrales, mientras que Michael Reiziger y Frank De Boer eran los laterales, diestro y zurdo, en ese orden; la medular era controlada por Clarence Seedorf y Edgar Davids, dos talentosos jugadores holandeses que repartían balones al finlandés Jari Litmanen, que actuaba como segundo punta; arriba, Marc Overmars, Finidi George (que sentó a Patrick Kluivert en la final) y Ronald De Boer perforaban las metas rivales. Un 4-3-3 que se deformaba cuando Litmanen se adelantaba para infiltrarse entre los delanteros. Salvo por Finidi (de origen nigeriano), Litmanen (internacional con Finlandia), Overmars (que debutó con el Go Ahead Eagles) y Danny Blind (producto del Sparta Rotterdam) era un equipo compuesto por materia de la cantera, famosa por las perlas que en las últimas décadas se han criado allí.
En la primera ronda que inició su andadura en la Champions League 94/95 el AEK Atenas, Salzburgo y AC Milan fueron sus rivales a batir. El debut fue ante el vigente campeón, nada más ni nada menos que el cuadro rossoneri, dirigido por Fabio Capello. Los italianos llegaban invictos, ya que desde la final del año 1993 no perdieron un sólo partido en competición europea. Pero en su visita a Holanda, el Ajax consiguió doblegar al conjunto milanista por 2-0 con tantos de Ronald De Boer primero y Juri Litmanen después. En Grecia, saltó la sorpresa con el gol del AEK que les daba ventaja momentánea, pero Litmanen y Patrick Kluivert dejaron helado el infierno ateniense. En el tercer encuentro de la fase de grupos, el arquero austriaco Konrad evitó que su equipo perdiera con una sobresaliente actuación a lo largo de los 90 minutos, y después de otro empate ante el Salzburgo, el Ajax tuvo que visitar Milán en la quinta jornada del campeonato. Tampoco falló en aquella ocasión, ya que un Litmanen de dulce adelantó a su equipo para que ya en la segunda mitad Baresi en propia meta dejara al Milan al borde de la eliminación. La victoria ante los griegos en la última fecha de la ‘liguilla’ hizo que los muchachos de Van Gaal pasaran a cuartos de final como primeros clasificados.
En la ronda que daba comienzo al K.O, el Hajduk Split croata fue el club al que el Ajax tuvo que superar para plantarse en semifinales. En el primer partido, un aburrido 0-0 dejó la sentencia para el partido de vuelta. Pero en este los judíos no perdonaron, y con goles del nigeriano Kanú y un doblete de Frank De Boer (incluyendo un golazo de falta que cogió una curva espectacular) firmaron un 3-0 para lograr su pase para la siguiente ronda. El Bayern de Múnich fue el último obstáculo antes de la final. En Alemania, la mala puntería castigó al Ajax, que de nuevo dejaría sin resolver la eliminatoria hasta la vuelta. El duelo de Ámsterdam sirvió para dejar en claro quién era el equipo que dominaba el panorama continental. Una plantilla que no llegaba a los 23 años de media de edad pasó por encima de los experimentados bávaros. En apenas 10 minutos, Litmanen ya había adelantado a su equipo, pero el Bayern supo levantarse y plantar cara. A pesar de las ganas y el esfuerzo, no fueron capaces de evitar que Finidi y De Boer pusieran de nuevo en ventaja al Ajax antes del descanso. Con la reanudación, Litmanen volvió a enseñar sus garras para poner el cuarto tanto. De poco sirvió el gol de penalti anotado por los alemanes, ya que a 2 minutos para el pitido final Overmars sentenció con un 5-2 que será recordado por mucho tiempo.
En la final se les volvería a cruzar el AC Milan de Capello. El Prater de Viena acogió el mayor choque de trenes de aquellos años: el Milán de las tres finales consecutivas, de las cinco finales en 7 años, contra el Ajax de Van Gaal, representando la oposición joven al poder. El Ajax se caracterizaba por su gran juego creativo y talento ofensivo, pero no quiso tomar demasiados riesgos y la primera parte fue dominada por los italianos, que gozaron de varias ocasiones para romper la igualada. En el segundo tiempo los holandeses sacaron a relucir su desparpajo, y en el 68’ Kluivert entró en juego. Aquel cambio marcó un antes y un después en el desenlace de la final, y es que suyo fue el tanto de la victoria en el 85’ con un tiro raso que batió a Sebastiano Rossi después de que el propio Kluivert se zafara de los zagueros.
Entre liga holandesa y UEFA Champions League, el Ajax de Van Gaal se mantuvo invicto en la temporada 1994/1995, un hito en su historia. Esa fue la generación más grande de los hijos de dios, la que batió en tres ocasiones en un mismo curso al mejor equipo de los años 90, además de aportar numerosas próximas leyendas, simplemente irrepetible.