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Fútbol Histórico: El ‘efecto Abramóvich’

En junio de 2003 el multimillonario ruso Román Abramóvich compró al Chelsea FC con la intención de acabar con sus deudas, pero acabó convirtiéndose en algo mucho más grande.

165 fueron los millones que Román Abramóvich invirtió en la compra del Chelsea Football Club inglés. A lo largo de los últimos 16 años dirigiendo a los londinenses desde los despachos se ha gastado más de 1600 millones, contratando a algunos de los mejores jugadores y entrenadores del planeta, lo que sin duda ha dado sus frutos. 5 Premier Leagues, 5 FA Cups, 3 Copas de la Liga y 2 Community Shields son las que ocupan el palmarés de los ‘blues’ desde que se hizo con el equipo, de la mano de entrenadores como José Mourinho o Guus Hiddink y jugadores de la talla de Didier Drogba, Frank Lampard o Eden Hazard. Aunque es un palmarés que muchos equipos envidian, no solo se limita a las competiciones nacionales sino que a nivel continental lograron levantar la UEFA Champions League del año 2012, hazaña que hoy trataremos. 

Abramóvich cambió la historia del Chelsea Football Club para siempre.
Fuente: Google.

A principio de temporada André Villas-Boas era el ‘coach’ al cargo del equipo, contratado el mismo año el 22 de junio. A pesar de contrataciones de jugadores como Thibaut Courtois y Romelu Lukaku en verano, y de Kevin de Bruyne en invierno, estrellas de la actualidad, estos no tuvieron una gran influencia en el devenir de los resultados del equipo, ya que o fueron cedidos o relegados al banquillo, no como por ejemplo Raúl Meireles, que sí jugó con constancia en algún tramo de la temporada.

Petr Cech era el portero titular, indiscutible para entonces. En defensa los más habituales solían ser John Terry (el capitán) y David Luiz, aunque Gary Cahill también daba la talla junto con Bosingwa. Los laterales estaban más definidos, con Ashley Cole por la izquierda e Ivanovic por la derecha (alternando con el ‘multiusos’ Bosingwa, que jugó la final de Champions). El medio tenía a varios jugadores fijos: Obi Mikel y la leyenda Frank Lampard solían ocupar el doble pivote, con Kalou y Bertrand por los costados y el recién llegado Juan Mata de enganche. Arriba no podía faltar el gol de Didier Drogba. La plantilla no era especialmente brillante en cuanto a nombres, pero cada jugador cumplía su función en base a lo que el entrenador pedía, y esto junto con el gran fondo de armario que tenían (Michael Essien, Raúl Meireles, Fernando ‘El Niño’ Torres…) hizo del Chelsea un equipo fuerte.

El 11 inicial de la final, con la baja de John Terry.
Fuente: UEFA.

En la primera fase del torneo, el Bayer Leverkusen alemán, el Valencia CF español y el Genk de Bélgica fueron los rivales a batir. Con un balance de 3 victorias, 2 empates y solo una derrota, el cuadro de Villas-Boas avanzó como primero de grupo a octavos de final con 11 puntos en su cuenta. El Bayer Leverkusen fue el único que consiguió batir a los ingleses en la quinta fecha, y por la mínima, 2-1 en su propio campo. 

Ya en octavos las cosas empezaron a complicarse. El Chelsea tuvo que cruzarse con el SSC Napoli, un histórico de Italia que entre sus filas tenía a Edinson Cavani, Lavezzi, Hamsik, Pandev o Inler.

En San Paolo no le fueron nada bien las cosas al equipo: Juan Mata adelantó a los suyos en el 27’ de la primera mitad aprovechando un grave error de Paolo Cannavaro, pero con el gran ritmo que los napolitanos llevaban no pudieron hacerles frente durante mucho más tiempo. Un Lavezzi diabólico empató el partido 10 minutos después del gol del español y ‘el matador’ Cavani les dio ventaja a los italianos en el añadido. El segundo tiempo siguió el mismo guión del primero, y Lavezzi anotó el 3-1 a pase de Cavani. Maggio pudo sentenciar la eliminatoria, pero Ashley Cole salvó a sus compañeros de un papelón aún mayor salvando el tiro en la misma línea de gol.

Poco después, Roberto Di Matteo fue nombrado entrenador del equipo después de que Villas-Boas fuese destituido por los malos resultados obtenidos en las últimas fechas. Con el italiano al mando, Stamford Bridge viviría una de las noches más memorables de la temporada, un partido crucial. La remontada la empezó Drogba con un genial cabezazo en el 28’ que les dio esperanzas a los suyos, que solo necesitaban un gol más para eliminar a ‘I Partenopei’. El gol llegaría nada más volver del descanso con otro gran cabezazo, esta vez de Terry, clasificando momentáneamente al Chelsea. Aunque poco les duraría la alegría, porque un zapatazo de Inler daba de nuevo la ventaja a los napolitanos. Lampard de penalti pondría de nuevo la igualada en la eliminatoria, y ya en la prórroga Ivanovic clasificó a los ingleses para la siguiente ronda.

En cuartos no tendrían mayores complicaciones, ya que con una victoria en Lisboa ante el Benfica y un 2-1 con goles de Lampard y Meireles, el Chelsea se plantó en las semifinales. Para entonces era el único representante británico en las competiciones europeas, ya que tanto Manchester United y City habían sido eliminados de Europa League y ‘los gunners’ perdieron también su eliminatoria de Champions. 

El Napoli puso en verdaderos aprietos al entonces equipo de Villas-Boas.
Fuente: Google.

En las semifinales el FC Barcelona fue el equipo al que el Chelsea tendría que vencer si quería estar en la gran final de Múnich. Aquel Barça era el vigente campeón del torneo, y con amenazas como Leo Messi, Iniesta, Xavi o Puyol se presentaban con el cartel de favoritos. Pero una gran actuación del conjunto ‘blue’ secó a los catalanes, que perdieron el partido por el gol al filo del descanso del marfileño Drogba y la falta de puntería, que los condenó durante toda la eliminatoria.

En el Camp Nou el partido fue épico. Desde el principio el Chelsea se vio en aprietos, ya que un gol de Busquets para empatar la eliminatoria y una roja a Terry por agresión a Alexis Sánchez dejaron muy tocados a los muchachos de Di Matteo. Además, antes del descanso se asociaron Messi e Iniesta para que el mago manchego batiera con un tiro raso a Cech. A pesar de los reveses el Chelsea no bajó la cabeza, y justo antes de que el colegiado indicara el final del primer periodo, Ramires se inventó una maravillosa vaselina que superó a Víctor Valdés y clasificó a los suyos momentáneamente. El Barça se volcó en el área rival, y con una gran actuación del portero checo y varios postes (incluido un penalti mal lanzado por Messi) evitaron el gol del conjunto culé. Ya en el 90’, sin nadie defendiendo la portería de Valdés, un despeje largo dejó a Torres sólo contra su compatriota, y tras regatearlo ‘El Niño’ sentenció a los ‘blaugranas’

El momento exacto en el que ‘El Niño’ Torres fulminó al campeón. Fuente: Google.

El 19 de mayo de 2012, el Allianz Arena acogió la final de UEFA Champions League entre su casero, el Bayern de Múnich de Jupp Heynckes, y el Chelsea FC de Roberto Di Matteo. El míster italiano se ganó el cariño de su afición gracias a los buenos resultados cosechados en tan poco tiempo, ya que aunque quedaron sextos en la clasificación final de la Premier League, también ganaron la FA Cup de aquel año. El Bayern de Múnich presentaba un auténtico equipazo con Manuel Neuer en portería, Philipp Lahm y Boateng en defensa, Toni Kroos, Bastian Schweinsteiger, Ribéry y Robben en el centro del campo, y Thomas Müller en punta.

El Chelsea llegaba a la cita con la importante baja de Terry en defensa, cubierta por el joven Gary Cahill. Fue un partido dominado principalmente por los bávaros, que dispusieron de las mejores ocasiones del encuentro y a punto estuvieron de batir a Cech en varias oportunidades. Pero el gol no llegaría hasta el minuto 80, cuando Müller batió con un buen cabezazo picado al meta checo para dar ventaja a los alemanes. Pero el Chelsea volvió a tirar de épica, y cuando nadie se lo esperaba Drogba conectó su cabeza con el balón para enchufarlo dentro de la portería y forzar la prórroga en el 88’. En la misma, Cech detuvo el penalti a Robben y después de superar los 120 minutos de juego llegaron a la tanda de penaltis.

Mata erró el primer lanzamiento, pero Cech le detuvo el penalti a Olic para igualar la racha. Los siguientes 3 tiros de cada equipo fueron convertidos, pero Schweinsteiger falló el suyo mandándolo al palo y dejando todo en botas del jugador que paró una guerra, Didier Drogba. El de Costa de Marfil no falló y le dio al Chelsea su primera Copa de Europa, la única ‘orejona’ con la que cuenta hasta el momento. 

El Bayern München perdió ‘su’ final.
Fuente: UEFA.

El Chelsea de Abramóvich ha sido criticado en numerosas ocasiones, acusado de ser el responsable de la inflación que ha sufrido en los últimos años el mercado europeo por las altas cantidades de dinero que pagaba por los jugadores. Y aunque esto es innegable, tampoco cabe duda de que en el aspecto deportivo esto les ha sido de gran ayuda para cosechar tantos éxitos, promediando desde la llegada del ruso más de un título por temporada. El más destacado es este título continental (junto contra Europa League al año siguiente), logrado a base de mucho trabajo y remontadas épicas nunca antes vistas por Stamford Bridge. 

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