Uno de los casos más extraños en la carrera de un futbolista, Nuri Sahin pasó de ser el mejor jugador de la Bundesliga, a ser un “regalo” que se fueron enviando entre sí tres equipos: El Liverpool, el Borussia Dortmund y el Real Madrid.
Nuri Sahin llegó al Borussia Dortmund en el verano de 2008, tras su cesión en el Feyenoord.
En su primera temporada disputaría un total de 25 encuentros, dando ocho asistencias y anotando tres goles. Fue una revelación en el equipo, pues había llegado a Alemania con un rol claro de suplente, pero se pudo resarcir de este sin problemas. Dio un buen papel partiendo desde banda izquierda, incrustándose al medio para apoyar a la salida de balón y el trabajo defensiva.
La segunda temporada de Nuri fue bastante parecida, la única diferencia fue que partió como titular desde el principio, aumentando por tanto sus estadísticas. El jugador turco estuvo presente en 36 partidos, marcando seis goles y asistiendo nueve veces. Fue clave en este cambio en su rendimiento su cambio de posición, pasando a la base de la creación de la jugada, actuando como único pivote.
SU MEJOR TEMPORADA
Sin duda su tercera temporada en Alemania fue en la que rindió mejor, jugando 40 partidos, marcando ocho goles y dando 13 asistencias. El jugador turco volvió a cambiar de posición, pasando a jugar de mediocentro posicional, cubierto con un pivote y un mediapunta. Tan buena fue su temporada que Nuri levantó el premio a mejor jugador de la Bundesliga entregado por la revista Kickers.
Tras este éxito, el Real Madrid mostró interés por Nuri Sahin y, viendo que acababa contrato al final de la siguiente temporada, decidieron mover ficha y hacerse con él por solo 10 millones de euros.
EL COMIENZO DEL DECLIVE
Su temporada fue un auténtico fracaso. Comenzó con una grave lesión de rodilla, que le hizo perderse el inicio de la temporada. Tras este accidentado inicio no fue capaz de coger el ritmo a lo largo del año, arrastrando molestias y problemas de adaptación.
Acabó disputando 10 partidos en toda la temporada, con un gol y una asistencia. Se vio de manera clara que no era el mismo que había maravillado en Alemania, teniendo problemas para encontrar una posición exacta. El jugador turco llegó a jugar como mediapunta, donde no lo había hecho antes.
LAS CESIONES EN INGLATERRA Y ALEMANIA
Tras una sola temporada en España, el Real Madrid decidía buscar una salida a Nuri Sahin, con la intención de poder recuperar la mayor parte de la inversión.
Finalmente era el Liverpool quien se hacía con sus servicios. Firmaban una cesión de dos temporadas por un total de cinco millones de euros. En Inglaterra solo jugó ocho partidos, pues acabó yéndose en el mercado de invierno por decisión de ambos clubes. Aquellos meses supusieron el segundo gran fracaso en la carrera del turco.
Llegaba así al Borussia Dortmund en el mercado de invierno. Volvía a Alemania en calidad de cedido durante un año y medio. La segunda parte de la temporada disputó allí 22 encuentros. Marcó tres goles y asistió tres veces. Volvió a encontrarse con el pivote, donde pareció convertirse en el antiguo Nuri durante un tiempo, pero este período fue muy corto y solo sirvió para devolver al turco a la realidad.
Desde aquella temporada siguió siendo un suplente del club alemán (que ejecutó una opción de compra de siete millones de euros), sin llegar a recuperarse en ningún momento. Fue alternando su posición para cumplir con las necesidades del club, pero eso no hizo más que agravar esos problemas a nivel táctico que ya arrastraba. Todos los factores anteriores se sumaron a aquella lesión de rodilla que seguía afectando a su rendimiento.
SU ÚLTIMA OPORTUNIDAD
En el último día del mercado de verano de 2018, Nuri Sahin firmaba por el Werder Bremen por un millón de euros. Más allá de esperar un renacimiento más que complicado, el objetivo del fichaje era hacerse con un suplente que, por muy mal que se encontrase, no dejaba de ser alguien de garantías.
En su primera temporada con el Werder Bremen salió en 23 partidos al campo, marcó un gol y asistió una vez. Jugó como pivote la mayor parte de la temporada, aunque también llegó a jugar como central en partidos concretos para solventar la acumulación de lesiones, siendo el comodín en defensa.
Esta temporada, ya con 32 años, la afrontaba como su última oportunidad de dejar un legado y, a falta de un posible final de temporada, ha jugado 17 partidos dando cuatro asistencias. Lo ha hecho jugando como pivote aunque, siendo también libero cuando algún central no ha podido hacerlo.