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Fútbol Histórico: Sir Bobby Robson, todo un caballero

Hay entrenadores de todo tipo, y este quizá no es una de los mejores de la historia, pero si es alguien que ha dejado un recuerdo que va a perdurar para siempre en el mundo del fútbol, se trata de Bobby Robson

A la sombra de técnicos británicos como Bill Shankly, Bob Paisley, Brian Clough, Sir Alex Fergusson o Matt Busby, nuestro Robson es recordado por su serenidad y su gran carácter fuera y dentro del campo. Además de ser de esos entrenadores ingleses capaces de salir de la isla y tener éxito. Un tanto infravalorado, que a no ser de esa utópica temporada en Can Barça con los problemas entre directiva y afición, quizá hubiese demostrado su potencial en los banquillos como ya hizo en Ipswich o en la selección inglesa. De hecho, uno de los descubridores de Ronaldo “O Fenómeno” Nazário, y el principal mentor de Mourinho.

De electricista al fútbol profesional

Bobby Robson creció en un ambiente muy humilde. Aficionado del Newcastle, no tardó en empezar a jugar a fútbol. Combinaba estudios y fútbol, y más adelante, tras dejar la escuela y empezar a trabajar como electricista, en 1950 le llegó una oferta del Fulham. El entrenador Bill Dodgin contactó personalmente con la familia Robson, y sin pensárselo mucho, firmó por el club londinense. Ese mismo año, con 17 años, hizo su debut en la Football League First Division. El Fulham, un equipo recién ascendido que aspiraba a mantenerse no lo consiguió y perdió la categoría.

Fuente: West Bromwich Albion

El joven delantero permaneció en el club hasta 1956, que fue cuando fichó por el West Bromwich Albion de Vic Buckingham, progenitor del fútbol total. Allí fue cuando dio sus mejores momentos, incluso teniendo hueco en la selección inglesa, pero en 1962 regresó al Fulham tras unas desavenencias con el contrato. Había recibido ofertas de grandes clubes como el Arsenal, pero decidió quedarse en el club donde creció, aunque él ya no era el mismo jugador. Acabó su carrera en 1968, y tras eso, empezó lo que sería su era en los banquillos.

Un inicio “fulgurante” en el banquillo

Fulgurante entre comillas porque tras colgar las botas, el Fulham le propuso un contrato como entrenador. El equipo terminó la temporada descendiendo a tercera con solo 7 victorias en 42 partidos. Aun así, eso fue un pequeño resbalón. En 1969 firmó por el Ipswich Town. En sus primeras temporadas no lo tuvo fácil para dejar al equipo en la media tabla, pero en la temporada 1972-1973, Robson logró clasificar en la Copa de la UEFA tras quedar en tercera posición. También consiguió levantar la Copa Texaco, un torneo amistoso británico ante el Norwich City por 4-2 y Portman Road logró recuperar la ilusión que perdió tras la marcha de Alfred Ramsey. El proyecto de Robson como técnico iba cogiendo forma. De ser un futbolista que se quedó sin títulos y un entrenador novato, a empezar a darle nombre al modesto Ipswich.

Fuente: La Soga

En los siguientes años, mantendría al conocido equipo de los Tractor Boys en la zona noble de la tabla, y en 1977, pese a hacer un año un tanto más mediocre en la competición regular, llegaron a la final de la FA Cup, y gracias a un gol de Roger Osborne vencieron por 1-0 al Arsenal en Wembley. Ese fue el primero de sus grandes éxitos. En la temporada 1980-81, se coronaron campeones de la UEFA ante el AZ Alkmaar con un resultado global de 5-4. Además logró ese mismo curso el subcampeonato de liga, algo que repetiría en la temporada 1981-82. Con un Ipswich estelar, Bobby Robson se despediría trece años después.  

Inglaterra, críticas y “Gazza”

Terminaba una gran época en Ipswich, y su próximo desafío era remplazar a Ron Greenwood en la selección de Inglaterra. No empezó de la mejor forma porque los ingleses fueron eliminados por Dinamarca en la clasificación para la Eurocopa de 1984. Robson tuvo que afrontar muchas críticas por parte de prensa y afición, y renunció, aunque se le rechazó. Por lo tanto a Robson le tocaba seguir dirigiendo al combinado nacional, y no decepcionó. Llevó al equipo al Mundial de 1986. En los dos primeros partidos parecía que Inglaterra no estaba preparada para esa competición, ante Portugal perdieron y empataron ante Marruecos.

Tocaba jugar ante Polonia y ganar, sino quedaban fuera. Hubo mucha presión antes de disputar el encuentro, pero finalmente lograron vencer por 3-0 gracias a un hat-trick de Gary Lineker. Ya en octavos, clasificaron a cuartos tras ganar a Paraguay también por 3-0 con doblete de Lineker y un tanto de Beardsley. Su próximo rival fue la Argentina de Bilardo, o mejor dicho, de Maradona, el protagonista del partido. Primero con el polémico gol con la mano y luego con esa carrera desde mediocampo que terminó en golazo.

Fuente: England

Robson catalogó “la mano de Dios” como la “mano de un canalla”, pero reconoció que el segundo tanto valió por los dos. Pasando página, llegó la Eurocopa de 1988, e Inglaterra fracasó, llenándose la prensa de duras críticas hacia Robson. Decidió volver a renunciar, pero le fue denegada nuevamente. Volviendo a pasar página, Robson se centró en clasificar a Inglaterra para la próxima Copa Mundial. Lo logró, y tras quedar primero en la fase de grupos, alcanzó las semifinales quitándose de encima a Bélgica y Camerún. Su rival antes de la final sería Alemania, y tras más de 120 minutos con el empate en el marcador, se llegó a los penaltis, donde perdieron 4-3. Si en 1986 el ídolo inglés fue Lineker, en esta edición disputada en Italia fue Paul “Gazza” Gascoigne, un jugador más recordado por su irreverente carácter, que vio en Robson una figura paterna.

Con Romario y Mourinho

Tras terminar ese Mundial de forma trágica, finalmente Robson dejó la selección y se aventuró. Su primer destino fue el PSV Eindhoven para sustituir a Guus Hiddink. En el equipo estaban jugadores como Romario, Heintze o Popescu, y durante los dos años en los que se sentó en la banca, logró ganar la Eredivisie y clasificar a la Copa de Campeones en 1991, aunque no pasó de octavos. Eso fue lo que le sentenció, y de los Países Bajos pondría rumbo hacia Portugal, para tomar las riendas del Sporting de Lisboa.

Empezó a dirigir al equipo en mitad de temporada, y junto a un joven ayudante que hacía de intérprete llamado José Mourinho, dejaron al Sporting en tercera posición y lo llevaron a UEFA. No fue un mal año en cuanto a lo deportivo pero sí en cuanto a lo económico, el club estaba en un mal momento, y en diciembre de 1993, Robson y su segundo pusieron rumbo a Porto.

Fuente: 90s Football

Al igual que en Lisboa, no corrían buenos tiempos. Allí Robson conocería a otro joven asistente, André Villas-Boas de 16 años. Este había aconsejado al inglés de que aprovechara mejor a Domingos Paciencia, algo que le asombró, y le ofreció un puesto de ayudante de prácticas (de hecho más adelante seria ayudante de Mourinho, pero eso es otra historia). En su primera temporada lograron levantar la Copa de Portugal, pero el verdadero objetivo se centraba en la liga. Terminarían la campaña 1994-95 en primer lugar y clasificarían a Champions League. Ese segundo año, los de Robson repitieron gesta, y lograron un segundo título liguero, aunque la aventura en Portugal terminaría allí. Durante su estancia en Portugal fue operado en una ocasión por un tumor en la nariz, y le aconsejaron retirarse, pero él hizo caso omiso eludiendo la muerte y siguió en los banquillos.

Reemplazar a Cruyff, difícil misión

Catalunya sería su siguiente destino. El Barcelona acaba de terminar su era dorada con Johan Cruyff en el banquillo, y Núñez y Gaspart decidieron que el ingles era el reemplazo adecuado. Con una plantilla repleta de estrellas, Robson y Mourinho tomarían al equipo. Figo, Stoichkov, Laurent Blanc, Pizzi, Guardiola, Luis Enrique y Popescu hacían de ese Barça post-Cruyff de un equipazo, pero faltaba la joya de la corona, Ronaldo Nazário. Robson le había visto de reojo en el PSV donde había destacado desde su llegada en 1994, y sería en el 1996 donde por 2.550 millones de pesetas aterrizaría en tierras blaugranas. Con tanto jugador y tanto nivel, el objetivo era desarrollar un juego vistoso, pero claro, en Barcelona estaban acostumbrados al tiki-taka de Cruyff.

Fuente: The Guardian

La filosofía de Robson era distinta, y los aficionados no estaban contentos con alguien a quien consideraban resultadista. Además de eso, directiva y afición estaban divididas, y la cosa no fue sencilla para Robson. Aun así en esa temporada se ganaron títulos. Nada más llegar levantó la Supercopa de España ante el Atlético de Madrid. A esto le siguió el golazo de Ronaldo ante el Compostela y la famosa remontada ante el cuadro colchonero en Copa. Partido donde en la primera parte el Atlético ganaba por 0-3 y dejaba al Barça fuera. En el descanso una dura pañolada hizo temblar el Camp Nou, pero los segundos 45 minutos, fueron una fiesta total, y el “macanudo” Pizzi marcó el 5-4 de la victoria.

En esa Copa lograron vencer en la final por 3-2 al Betis en el Bernabéu, y en la Recopa de Europa ganaron 1-0 ante el PSG. Lo que faltó fue la liga. Quedaron detrás del Real Madrid de Capello y Robson fue sustituido de forma cruel por Louis van Gaal. De hecho hacia bastante que se estaba negociando con él, pero el bueno de Bobby Robson no levantó la voz y se quedó en la directiva hasta 1998.

Newcastle, el club de sus amores

En 1998 Bobby regresaba nuevamente al PSV donde solo ganaría una Supercopa de Holanda. Le destituyeron, y en verano de 1999, tras la marcha de Keegan del Newcastle firmó por el club de las urracas. En sus años en St James ‘Park, con jugadores como Alan Shearer, Aaron Hughes o un joven Ameobi, Robson compitió en la competición nacional, y en Europa se quedó a las puertas de levantar una Copa Intertoto. Hasta el 30 de agosto 2004 Robson trabajó en el Newcastle United, pero fue desituido por Freddy Shepherd debido a un mal inicio liguero.

Fuente: La Arenga del Abuelo

La etapa de Robson como entrenador se terminaría. En sus años como técnico había estado luchando contra el cáncer pero él se veía capacitado, hasta que en 2007 un cáncer de pulmón y un derrame cerebral le dejaban sin condiciones. Fue diagnosticado de cáncer terminal, y eso hizo que empezara un nuevo proyecto. Inauguró la Fundación Sir Bobby Robson para recaudar fondos e investigar la enfermedad. Alejado de los terrenos de juego, poco antes de su fallecimiento, se organizó un partido benéfico entre Inglaterra y Alemania en St James ‘Park. Vencieron los ingleses 3-2, y fue un digno final para un hombre que destacó siempre por su humildad y su buen humor, y que además pudo reencontrarse con Gascoinge, casi un hijo para él.

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