Ha experimentado un largo camino hasta llegar al Atalanta, donde su forma de entender el fútbol ha encajado a la perfección
Gian Piero Gasperini (Grugliasco, 1958) actual entrenador del Atalanta, al que el presidente del Genoa llamaba Gasperson cuando dijo que él iba a ser “su Fergurson”, es uno de los entrenadores de moda del fútbol italiano por dirigir un equipo que está causando sensación allá por donde va debido a su vistosidad en el juego ofensivo y sus dígitos goleadores. Este año 2020 se llevó la “Panchina d´Oro” distintivo que reconoce al mejor entrenador de la temporada pasada.
Fue jugador antes que entrenador. Jugó en innumerables equipos modestos excepto su etapa en la Vecchia Signora de Turín y según las estadísticas solo se le atribuye un gol.
Historia como entrenador
Se inició en las categorías inferiores de la Juventus para pasar más tarde al FC Crotone donde lo llevó de la Serie C1 a la Serie B. Su siguiente paso fue el equipo del Genoa donde tras ascenderlo a Serie A y mantenerlo en una posición cómoda, en la temporada 2009/10 lo dejó en quinta posición consiguiendo plaza UEFA, liderando una plantilla que contaba con nombres de la talla de Diego Milito y Thiago Motta. El año siguiente dimitió tras un mal comienzo a pesar de los fichajes de renombre que había realizado el club.
En el Inter tuvo un paso fugaz, de meses, ya que sus inicios no fueron los esperados a comienzos de temporada y en el Palermo igualmente no le fueron bien las cosas y también dimitió.
Regresó al Genoa donde lo estableció en la Serie A. En su segunda temporada, la 2014/15 clasificó sexto al equipo de la región de Liguria, pero la UEFA le denegó la licencia al club. Tras un año exitoso, el siguiente fue malo y el equipo eludió el descenso y de nuevo decidió marcharse.
Etapa en Atalanta
Su camino con el Atalanta se inició en la temporada 2016/17 donde tras otro regular comienzo, el equipo fue captando su modelo de fútbol hasta finalizar cuarto, lo que permitió al equipo bergamasco acceder a competiciones europeas 26 años después. En la 2017/18 aún siendo menos brillante y acabando séptimos se volvieron a clasificar para Europa aunque tendrían que jugar rondas previas.
La 2018/19 pudo alzarse con su primer título. Sería en la Coppa de Italia donde perdió con la Lazio después de haber batido a la Juventus en semifinales.
En la actualidad pelea con grandes plantillas como Lazio, Roma, Nápoles e Inter por entrar en Champions League y codearse entre los grandes del país transalpino, mientras tanto está dejando su sello de buen fútbol por todos los campos que visitan.
Filosofía de juego
Hay que decir que el técnico italiano apuesta por un juego ofensivo, vistoso para el espectador y todos sus encuentros garantizan el maravilloso espectáculo de los goles. Su esquema habitual es un 3-4-3, dando más importancia al ataque que a la defensa, lo que no quiere decir que la descuide, sino que su forma de defender no es la usual con cuatro defensas.
Su sistema de juego se basa en varios aspectos, entre ellos ir a buscar al rival a su área para realizar la presión, lo que podría generar una pérdida del balón al contrario y ello podría convertirse en ocasión de gol.
Claves del equipo
Los carrileros, los centrocampistas y los delanteros se entienden a la perfección para crear líneas de pase, superioridades en las transiciones. Los desmarques del punta Duván Zapata banda izquierda son constantes lo que permite desorganizar las defensas rivales y al mismo tiempo da lugar a que la segunda línea entre a rematar. Incluso los laterales se incorporan al ataque cuando el sentido del juego va por la otra banda.
El “Papu” Gómez es el líder destacado y con su calidad como interior izquierdo atrae defensas para iniciar los desbordes que más tardes los demás compañeros aprovecharan en forma de uno contra uno, o llegadas imprevistas del resto de centrocampistas.
No solo cuenta la Atalanta con este argentino sino que junto a jugadores como el esloveno Josip Ilicic, el ya mencionado Zapata o el croata Mario Pasalic entre otros, forman nunca mejor dicho un equipo donde prima el trabajo colectivo.
El talento individual está al servicio del equipo.