A este Valencia no le acompañan los resultados, pero la actitud es indigna de un equipo que optaba a la Champions League
Esa garra, ese coraje de equipo campeón que era el Valencia de Marcelino se ha esfumado por completo. Ya no hay ambición, no hay ganas de ganar, y, por supuesto, se ha perdido por completo esa solidez defensiva, algo que se vio desde el día en que se marchó el técnico asturiano.
Puede ser, como se vio la pasada campaña, que los resultados no acompañen, que el equipo luche, pero, al final el esfuerzo da resultados, tardando más o menos, pero estos llegan. Bien, pues este Valencia parece que no se esté jugando nada, parece que todos los partidos sean de solteros contra casados, pero en primera división y con muchísimo dinero (para bien o para mal) en juego.
En defensa, el gol en propia de Kondogbia ante el Eibar, su penalti ante el Leganés, el de Diakhaby contra el Levante, las dos pérdidas en la salida de balón frente al Villarreal, y otra más ante el Athletic, la barrera que se abre y un penalti infantil en Granada… En ataque no se cometen errores porque el juego ofensivo de este equipo es nulo. Los números hablan por sí solos.
Se han marcado cuatro goles en los últimos seis partidos, mientras que se han encajado nueve
Quizás, lo único destacable es que parece que Guedes vuelve a ser ese jugador que nos enamoró a todos hace dos años, que ya ha cumplido sus 100 partidos como valencianista, y que Kangin sabe aprovechar esos minutos al final del partido y revolucionar al equipo.
Así que no es cuestión de tener buena suerte cara a puerta o no, es cuestión de ser un bloque, de ir todos a una y de poner ganas, morir por el escudo en el campo. Lo dicho, este Valencia ni vence ni convence.