En el día de hoy tendremos un artículo de opinión sobre los cambios que vivimos en los último años en el fútbol español
Personalmente siempre me he descrito como un aficionado del romanticismo del fútbol, de los equipos humildes y de los clásicos. Es por eso que en los últimos tiempos he observado una tendencia en nuestro fútbol, y es, la pérdida de ese clasicismo. Acostumbramos a ver llegar a Primera División a equipos que nunca habían alcanzado esas cotas. De la misma forma que nos hemos acostumbrado a ver clásicos de la máxima categoría en divisiones bajas.
El último descenso, el del RC Deportivo de la Coruña, nos ha hecho perder otro de esos clubes de siempre. Y es que los gallegos disputaran sus encuentros en Segunda División B a partir de la siguiente campaña. Aún recuerdo cuando yo era pequeño, y ese SuperDepor de segunda generación ganaba títulos frente a todo un Real Madrid. Recuerdo esa etapa de Valerón, Luque, Manuel Pablo o Diego Tristán. Va a ser triste ver a uno de los campeones de nuestra liga, luchar en el pozo de la división de bronce.
Otro clásico también descendió a la tercera categoría, el Real Racing de Santander. Quizás ya nos hayamos acostumbrado a verles en esa división, pero los cántabros son historia de nuestro fútbol. Cuando yo era pequeño, aquel Racing de Zigic y Munitis, aquellos santanderinos que se midieron al PSG en Europa. Era impensable que después de unos años, fuesen a pasar por tanta penuria.
En Segunda habitan varios de estos clásicos, el Real Sporting de Gijón es buena seña de ello. Un equipo con jugadores tan míticos como el gran Quini, los Ablanedo, Luis Enrique o David Villa. Cada temporada luchan por volver a una categoría que les pertenece por historia, donde una vez le disputaron la liga a todo un poderoso Real Madrid. El Real Zaragoza, luchando por un hueco en el playoff que haga de nuevo a los maños equipo de Primera. Un equipo que ha ganado títulos en España y en Europa, que ha dejado goleadas y momentos para el recuerdo; se ha visto en la pelea de la categoría de plata por varias temporadas.
Los descensos en Primera nos dejaron sin Mallorca y sin Espanyol. Los baleares nos tenían ya acostumbrados, pero siempre se me hará raro no ver al equipo de la isla luchando con los mejores. Los catalanes si que no nos tenían acostumbrados, en 1994 fue su último ascenso. Después de aquella temporada, les esperaban más de 25 años seguidos en Primera. Los pericos han jugado 85 temporadas en la máxima categoría; más que Atlético de Madrid, Sevilla o Real Sociedad.
Y es que nos hemos acostumbrado a ver en Primera a clubes que por historia no pertenecen a esa división, aunque si por fútbol. Los Huesca, Leganés, Eibar o Girona. U otros que aunque lleven más tiempo no son “clásicos” de nuestro fútbol, los Getafe, Levante, Villarreal o Deportivo Alavés. Equipos que aunque merezcan estar ahí por su nivel, siempre serán extraños para los aficionados más mayores o más románticos de nuestra liga.
El ascenso del Cádiz, o la vuelta de un Logroñés a segunda con sus míticas Gaunas. La posibilidad de ver al Zaragoza en la máxima categoría, o ver a Sporting y Oviedo recuperar su lugar. Ese tipo de cosas generan un pinchazo en el corazón del aficionado más clásico y más romántico. Está claro que muchos equipos merecen estar en Primera por su fútbol, pero el corazón siempre nos hará querer en Primera a “los de siempre”.
