David De Gea atraviesa una pésima racha en su club y selección, y cada día se le acumulan las críticas y los detractores
La posición de guardameta es la más importante y pesada en el fútbol, principalmente por el gran peso en el resultado final de un partido. Tener un seguro bajo palos da un ‘plus’ de tranquilidad al resto de compañeros, una tranquilidad que permite atacar sin cuidarse las espaldas continuamente. Por el contrario, tener a un portero que no transmite confianza resta a lo grande. Esa última situación es la que vive el Manchester United por segundo año consecutivo con David De Gea.
Desde que el español llegó a Old Trafford en 2012 fue vital para el club inglés. De la mano de ‘Sir’ Alex Ferguson creció en una cultura ganadora, la de un club ambicioso. Tapó la herida que abrió Van der Sar con su marcha, y rápidamente se ganó el cariño de la afición. Sus grandes actuaciones lo llevaron a ser considerado el mejor, y no solo del equipo, además de despertar el hambre del Real Madrid. Todos sabemos como irrumpió el fax en aquella historia.
Al madrileño lo privaron de volver a su tierra, aunque le ahorró el disgusto a más de un colchonero. Se convirtió en el héroe del ‘Teatro de los Sueños’, en su ángel de la guarda. Pero este ángel no supo aguantar el peso de sus alas, y acabó por estrellarse en tierras rusas. El Mundial de 2018 fue un preludio de lo que vendría desde entonces. En los 4 partidos que España disputó en la cita mundialista, David tan solo atajó uno de los muchos balones que le dispararon entre los tres palos. Acabó encajando 6 goles y su país achacó la eliminación a su figura.
Parecía un espejismo, una simple pesadilla, pero nada más lejos de la realidad. La temporada 2018/19 fue un verdadero desastre para De Gea, quizás cansado de ser el ente salvador. La campaña del equipo en general tampoco fue ninguna maravilla, y con Solskjaer a la cabeza -tras la destitución de José Mourinho- los diablos rojos finalizaron la liga sextos. Este año los resultados han ido a mejor -principalmente por la entrada de Bruno Fernandes- y han asegurado el pase a Champions League, pero se podría decir que el mérito de De Gea ha sido mucho menor en esta ocasión.
El español nos ha acostumbrado a verlo fallar en varias ocasiones ya, algo que antes era inconcebible. Su seguridad y confianza en sí mismo se han visto muy afectadas, factor que ha jugado un papel clave en su decaída. Medios y redes sociales se han cebado con él, inclusive leyendas de su propio club como Roy Keane, quien aseguró recientemente que el Manchester United debe cambiar de portero “si quiere aspirar a pelear por la Premier League”.
Aunque la estadística nos muestra que tiene un buen porcentaje de paradas (2,53 por partido, con 96 paradas realizadas en total), De Gea comete errores demasiado graves, fallos imperdonables para un portero que un día estuvo en lo más alto cada vez que se enfundaba las manoplas. Ya no es el portero de antaño, ha pasado de lo excepcional a lo inexplicable, de héroe a villano. De ángel a demonio.
