Tras infinidad de infortunios, lesiones y traspasos en calidad de préstamo, la etapa de Rafinha en el FC Barcelona pone punto y final
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Rafael Alcántara do Nascimento, más conocido como Rafinha, se forjó junto a su hermano Thiago en las categorías inferiores del combinado azulgrana. En la época más gloriosa del Barça, su hermano comenzó a contar con oportunidades en el primer plantel. De mientras, el joven Rafinha se desempeñaba en el frente ofensivo y logró consagrarse como uno de los máximos artilleros de su equipo.
Poco tiempo después que su hermano, comenzó a contar para Guardiola. No obstante, se vio sin un lugar fijo y acabó marchándose cedido al Celta de Vigo.
A seguir la leyenda de su padre
Mazinho -padre de Rafinha- jugó en el cuadro gallego cuatro temporadas, y por ello quiso tomar el testigo. En el conjunto vigués, disputó 32 encuentros, donde anotó 4 dianas y proporcionó 7 asistencias. Su notable nivel en Balaídos convenció a Luis Enrique, que justamente la campaña siguiente relevó al Tata Martino en los banquillos blaugranas.
Primer triplete
Con su hermano Thiago en Alemania, Rafa regresaba a la Ciudad Condal para pugnar un lugar en el centro del campo. La incorporación de Iván Rakitić y el alto rendimiento de Iniesta, nublaron por completo sus posibilidades de estar en el once inicial. Colectivamente triunfó, ya que fue artífice del segundo triplete de la historia del club. En el apartado individual, vistió la elástica en 36 encuentros como hombre número doce, jugando 1.678 minutos y promediando 19 minutos por encuentro.
Las lesiones se apoderaron
En la 15/16 -aún bajo los mandos de Lucho-, su participación decreció debido a una rotura de ligamento cruzado el mes de septiembre. La temporada para el hispano-brasileño habia estado más que truncada y regresó con ímpetu a los terrenos de juego.
La 16/17 fue sensacional para el bueno Rafinha. Estadísticamente cuajó números estimables y se coronó campeón de los JJOO con la canarinha. Sin embargo, los hospitales regresarían para ser protagonistas de nuevo. Cuando mejor estaba, los meniscos no permitieron explotar el talento que Rafinha atesoraba.
Hubo movimientos en los banquillos mientras se recuperaba de la lesión. Luis Enrique abandonó la entidad y Ernesto Valverde sería el encargado de suplirle. A comienzos de 2018, recién rehabilitado y listo para rodar, puso rumbo a Italia en calidad de préstamo. En San Siro quedaron satisfechos con él y a priori, parecía que los interistas desembolsarían en las oficinas culés para ficharle. Finalmente, dicho acontecimiento no ocurrió y tuvo que volver a Barcelona.
El aterrizaje de su compatriota Arthur y la flamante incorporación de Vidal, ofuscaron de nuevo a Rafinha. Además, sufrió otra rotura de ligamento cruzado que le crucificó por completo.
Regreso a tierras conocidas
La falta de confianza del cuerpo técnico en Rafa, fueron los principales causantes de volverle a enviar a Balaídos. Los célticos se encargaron de la ficha del jugador y no optaban a poder ejercer ningún tipo de compra. Un traspaso inusitado, ya que renovaron su contrato hasta 2021 para que posteriormente saliese en calidad de préstamo. Además, se produjo sobre la bocina del cierre de mercado y adelantaron al Valencia en las negociaciones. El movimiento de los directivos ilusionó a la afición viguesa, pero el rendimiento del futbolista hispano-brasileño no cumplió las expectativas.
París, última bala para resurgir
En los planes del cambio de ciclo de Ronald Koeman no entraba Rafinha y así mismo se lo hicieron saber. Tras remitirse a su cláusula de rescisión de 16 millones de euros y rechazar innumerables ofertas de 10 a 15 millones de euros, finalmente el cuadro catalán le dejará marchar a coste cero más 3 millones en variables y una reserva de un 35% por una posible venta. Dichas variables, son difíciles de cumplir y con cierta probabilidad, la entidad culé apenas recibirá ingresos por el centrocampista.
Lucirá el habitual dorsal 12 que tenía en Can Barça, pero cambiará el usual ‘Rafinha’ por Rafael -nombre por el que es conocido en su vínculo más cercano-. El canterano Rafinha abandonará la Ciudad Condal a sus 27 años y tras haber levantado 14 títulos.