Los Ángeles Lakers lograron el campeonato en Orlando siguiendo al espíritu de Kobe Bryant
17 de junio de 2010. Los Lakers y los Celtics iban a disputar el séptimo partido de una de las mejores finales que se recuerdan. Tras un encuentro en el que se jugó con el corazón, el conjunto dirigido por Phil Jackson logró una victoria agónica por cuatro puntos. Nadie lo sabía aún, pero Kobe Bryant había ganado su quinto y último anillo.
Una década más tarde, en un fatídico 26 de enero de 2020, la leyenda de la franquicia angelina sufrió un accidente de helicóptero que le quitó la vida tanto a él como a su hija Gigi. Este mismo año, el de la pérdida de Kobe, unos Lakers liderados por LeBron James y Anthony Davis llegaron a los play-off disputados en Orlando con un deber: ganar el anillo por él.
Ya desde bien temprano, el dichoso destino mandó el primer aviso en la ronda inaugural que enfrentaba a los Lakers con Portland Trail Blazers. Era 24 de agosto, 24 del 8, los dos dorsales que usó Kobe en su carrera. Caldwell-Pope metía una canasta antes de que se pidiera un tiempo muerto. Todo el mundo echó la vista al marcador que, casualidad o no, reflejaba un 8-24 a favor del equipo angelino.
Fue el inicio de la andadura más especial e importante de los Lakers en unos play-off. Fueron campeones de conferencia arrasando en cada una de las rondas. La celebración fue descafeinada. Aún quedaba mucho trabajo por hacer. No valía ser campeón del oeste. Había que ganar el anillo, el sexto de Kobe.
En las finales esperaba una franquicia que jugaba como un reloj. El trabajo en equipo estaba por encima de las individualidades en Miami Heat. Jimmy Butler, Tyler Herro o Bam Adebayo serían algunos de los antagonistas de esta historia de película.
Con el parcial de 3-2, los Lakers salieron a destrozar a los Heat en el sexto partido. Superando en algunos momentos del encuentro los 30 puntos de ventaja, los angelinos no dieron ninguna opción a sus rivales. Se podrá creer o no en el destino, pero parece que este equipo tenía que ganar el anillo sí o sí. Los Ángeles vitoreó el nombre de Kobe en las calles tras el final del partido. Este anillo también es suyo.
LeBron James puede decir orgulloso que él ha continuado con el legado de Kobe Bryant. Ha devuelto a los Lakers a lo más alto. Y es que tras este anillo, hay quien ya considera que el de Akron puede ponerse a la altura de la leyenda de Michael Jordan.
