Sergio González es clasificado por ser conservador, pero, ¿merece seguir al frente del Real Valladolid, o el equipo necesita cambio?
Sergio González encara su tercera temporada en Primera al frente del Real Valladolid con el siempre difícil objetivo de la permanencia. Para ello necesita dar con la tecla del equipo, para que este gane partidos y poco a poco vaya remontando este mal inicio de temporada.
Uno de los principales obstáculos que se le plantean al técnico catalán es el reducido presupuesto del “Pucela”, más concretamente el cuarto más bajo con 9.000.000 de euros. Los fichajes son justos, y el equipo ha sufrido algunas bajas importantes como las de Mohammed Salisú o Enes Ünal.
Alineaciones
El entrenador del Valladolid es bastante clásico en cuanto a su sistema de juego. Suele jugar con un 4-4-2 típico o con un más conservador 4-2-3-1. No es mal dibujo contando con la limitada plantilla con la que cuenta; sin embargo, suele ser bastante conservador en cuanto a sistema de juego frente a rivales directos, en partidos en los que se debe ser ofensivo.
Un mal inicio de temporada pone en riesgo su puesto en el banquillo. El equipo tiene que dar un salto de calidad después del parón de selecciones para salir cuanto antes del farolillo rojo. Sergio González cuenta con ilusionantes fichajes de última hora como el extremo portugués Jota o el lateral derecho, fichado tras la marcha de Moyano, Saidy Janko.
Sus próximos encuentros en liga son ante dos rivales directos como el Huesca y el Alavés. El entrenador blanquivioleta tiene que salir a ganar esos dos encuentros, por lo que debería optar por una alineación más ofensiva como un 4-3-3 o un 3-5-2 debido al excesivo de centrocampistas con los que cuenta el equipo.
Jugadas ensayadas
Otro aspecto muy importante dentro de la pizarra de Sergio es el de jugadas ensayadas. El Real Valladolid es el equipo que más goles recibe de la categoría a balón parado, y uno de los peores en cuanto a ejecución de este tipo de ocasiones.
En los córner a favor, no suelen centrar el balón de primeras, sino que, hacen una pared para dar más amplitud al balón, centrarlo con más comodidad y de este modo despejar el área generando espacios para el remate. Sin embargo, el problema es que la mayoría de estos balones no llegan al área debido a que no toman altura.
Una de las jugadas que el año pasado funcionó a la perfección en partidos como el del Sanchez Pizjuan es la de las faltas laterales. Un centro pasado al segundo palo, lugar donde no suele haber nadie era aprovechado por un rematador blanquivioleta que o bien remataba a puerta para despiste del portero, o bien la dejaba muerta en el punto de penalti para que un compañero la empujase a gol.
En las jugadas a balón parado en contra, el Valladolid suele realizar un marcaje al hombre. Estrategia fiable si tiene una ejecución perfecta, pero fácil de romper si un jugador comete un error de despiste de marca. Si el equipo quiere seguir entre los menos goleados de la categoría, el técnico deberá corregir y pulir este tipo de jugadas.
Sergio González lleva dos temporadas y media al frente del equipo, y cuenta con unos logros de un ascenso y dos permanencias. Este año se va a hacer muy cuesta arriba para el Valladolid que tras cinco partidos solo lleva dos puntos; una difícil situación, pero si alguien la puede remontar, ese es Sergio González.